Una pequeña (y salvaje) fábula sobre el bien y el mal (reseña)
¿Qué teme el ser humano? Principalmente, todo aquello que desconoce, lo que no puede explicar o encontrar un significado plausible. Ese miedo a lo ignorado, a lo oculto o extraño provoca muchas veces una reacción violenta, visceral y, en otras ocasiones, simplemente, se busca dar respuesta mediante relatos que, con el tiempo, se convierten en leyendas. Y es que necesitamos ordenar el caos que reina en el mundo. Necesitamos ejercer un control sobre todo, por mínimo que sea, para creer que tenemos cierta autoridad, que no somos irrelevantes en todo el engranaje de la naturaleza. ¿Qué ocurriría en un pueblo pequeño, donde todos sus habitantes se conocen, cuando aparece una niña de la nada? ¿Qué ocurriría si fuera un joven, al que consideran un simple, quien estuviera al cargo de esa niña? Cuando se rompen ciertas «normas» o se resquebraja la rutina diaria de una comunidad como esa, en la que «nunca pasa nada» y donde todos y cada uno de sus miembros cumple con su función asignada, las con