Mis lecturas y el hipnotismo (Columna de prensa)
El domingo pasado leí una columna de opinión de un períodico que versaba sobre la famosa Diada de Sant Jordi. Me pareció realmente interesante y quisiera transcribirla para todos/as ustedes vosotros/as. El propietario de dicha parrafada es un pedante insoportable que a simple lectura podemos averiguar que no tiene otra preocupación que comer nachos con guacamole los primeros jueves de cada mes. ¡La vida es injusta! Como todos sabemos los nachos con guacamole se deberían comer los martes. Pero bueno, me desvio del tema principal que creo era La biotecnología molecular de las máquinas de afeitar. ¿No era ese? Oh, me dicen por ahí que me he despistado. ¡Perdonen mi torpeza! Pues a lo que íbamos, les dejo la columna de este ser, llamado Eric, tras la fotografía.

Recuerdo perfectamente cómo odiaba leer en el colegio. Las lecturas obligatorias me parecían crueles y, sobre todo, aburridas. Confieso -menuda novedad- que durante mi adolescencia los libros pasaron a un segundo plano. Sin embargo, como si de una historia romántica se tratara, el caballero encontró a su amada. El placer de leer es algo que muchos no llegan a comprender.
En mi caso, con algunas obras -la mayoría, más bien- mi estado de hipnotismo es tal que el mundo que me rodea se nubla. La concentración es tan grande, que las distracciones de una sala repleta de personas, no me impide disfrutar de las maravillas quijotescas de Miguel de Cervantes, o del mundo mortuorio del escritor alemán, Thomas Mann, o de la transgresión de los relatos y poesías de Charles Bukowski.
En mi mesa de noche -otra confesión- hay exactamente cuatro libros en estos momentos. Todos ellos de gran variedad argumental y estilo. Es imposible poder aburrirse con este abanico de posibilidades.
Ahora, con motivo de la celebración de la Diada de Sant Jordi, las ofertas aumentan, y con ello disminuye el dinero de mi bolsillo. ¡La vida es así! Llena de paradojas y contradicciones, pero con un toque especial que nos viene dado por la otra realidad humana: la literatura.
Animo humildemente que todos aquellos que lo deseen se unan al universo del libro. ¡Es fantástico!
Comentarios
Sin nada más que apuntarle de momento, quedo a su entera disposición.
El Orate de... Cualo?