Un diálogo artístico: el premio '5X5' (artículo de prensa)

Double Perspective (Cassius Clay/Muhammad Ali), 2010, instalación de Melissa Gordon

Expectación. Generalmente, cuando uno o varios esperan un acontecimiento importante de forma curiosa, incluso ansiosa, se crea una gran expectación. Hablo por mí mismo, claro está, pero confieso que así me sentía yo al visitar la exposición que alberga las 25 obras que optan al ‘5X5’ Premi Internacional d’Art Contemporani de la Diputació Provincial: expectante.
El mundo del arte actual ha creado una especie de entramado o maraña en el cual uno debe saber moverse para no quedar atrapado en un mar de dudas. Es complejo, que no complicado. He insistido en multitud de ocasiones que la clave de todo está en lograr entender la evolución hacia el conceptualismo de la obra en sí. Hay que dejar seducirse por la idea --si esta viene acompañada por un marco estético agradable o bello, mejor que mejor--. Digo esto porque en el ‘5X5’ no existe una línea coherente, regida por un mismo hilo argumentativo, al haber 25 artistas totalmente diversos, ya sea por su procedencia o por su forma de trabajar. Por tanto, quien visite la muestra, le recomiendo que no se asuste.
El visitante que acuda al EACC debe alienarse por completo para ver cada una de las piezas de modo individual, no debe cometer el error de buscarle un sentido a todo lo expuesto como si fuera un proyecto en conjunto. En este sentido, y lo que resulta atractivo e interesante para el propio espectador, es que se crea un diálogo entre los mismos artistas y también entre las personas curiosas que deciden adentrarse en este mundo singular creado a partir de pinturas, esculturas, vídeos, instalaciones...

variedad
Para gustos, colores. O eso dicen. Por esa misma razón, en el EACC se exponen obras de gran variedad que seguro despiertan inquietudes a más de uno.
Debo decir, que existen algunas obras que, ya sea por su materialización o por su significado, sorprenden gratamente. Tras realizar el recorrido completo por el EACC --que siempre transforma su interior en cada exposición creando, así, un espacio totalmente distinto-- la sensación que le queda a uno es de preocupación. Pero no malinterprenten lo que digo. Esa preocupación de la que hablo se traduce en el complicado papel que deberá realizar el próximo mes de septiembre el jurado del premio. Hay piezas realmente llamativas, con mucha fuerza conceptual, y creo que decidirse por una u otra será una empresa difícil. Pero bueno, los desconocidos --todavía-- miembros de ese jurado serán expertos que sabrán analizar todas y cada una de las obras presentes mucho mejor que un servidor.
No obstante, y si me permiten el lujo, hablaré aquí de algunos de los proyectos que más me atrajeron. En primer lugar, la video-instalación del barcelonés Adrià Julià, Formas de matar el tiempo, que se basa en la serie de teatro interactivo Murder Mystery Series, puesta en escena durante los años noventa por USO, la compañía que organiza espectáculos para los soldados destacados en las bases militares estadounidenses de todo el mundo. Tomando prestada la estructura del “mumming” --una modalidad de teatro doméstico nacida en la Inglaterra del siglo XVIII-- el filme de Julià, que cuenta con la colaboración de Mark Gowers, cuestiona la estrategia discursiva que da forma a nuestros valores morales, geografías compartidas y referencias locales.
Otra artista de Barcelona, Luz Broto, ofrece la que, probablemente, sea la pieza más extraña, polémica y, porqué no decirlo, atrevida. Bajo el título de Right Cube_02, Broto pone en relación el espacio visible con algún elemento ajeno al mismo. Así, de una de las aberturas de un conducto de ventilación del EACC gotea una sustancia negra, que forma, a la larga, una mancha que se expande. La infraestructura del espacio sirve como material de trabajo para generar una situación susceptible de entenderse como anómala e invasiva. La cantidad de espacio ocupado por el charco dependerá del tiempo en que el dispositivo se mantenga activado. Sin duda, esta es una de las obras más atrevidas.
Nici Jost ofrece una pieza increíblemente atractiva, Allusion-The Little Pink Slipper, que consiste en un pedestal blanco sobre el que se ha colocado un zapato rosa cubierto de lentejuelas, en cuya suela interior el espectador descubre la fotografía de un claro de bosque tomada desde la perspectiva de una lombriz y una imagen de vídeo de una diminuta figura que se columpia apaciblemente contra el firmamento. Del zapato sale una suave melodía que se inserta en un audio-collage de sonidos característicos de la naturaleza.
Finalmente, y no por ello menos importantes, destaco las obra de Liang Shuo Letter to my Wife and Letter to my Lover y 16mm, de Daniel Steegman. Pero aún hay muchas otras por descubrir.

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