Las 'primaveras' árabes (artículo de prensa)

Gema Martín Muñoz fotografiada por David Castro

"Los occidentales ignoran casi todo del mundo árabe”, decía en una entrevista la arabista española Gema Martín Muñoz. Esa afirmación, que data del año 2004, sigue siendo una realidad a pesar de que en el último año haya sido noticia esa revuelta social que ha pasado a denominarse Primavera árabe. Aún con todo, seguimos siendo meros espectadores y no analizamos --al menos la gran mayoría de la sociedad-- el valor de estos procesos que han provocado el derrocamiento de mandatarios y las muertes de un buen número de personas. Muchos de nosotros, bien por desconocimiento o, simplemente, por pasotismo, no llegamos a interpretar y/o comprender las enseñanzas y valores de “otras civilizaciones”.
El acomodamiento de vivir en un mundo occidental --esa sociedad del bienestar que nos han vendido, ese mundo globalizado que pierde credibilidad a marchas forzadas y donde los extremos cada vez se agudizan más-- han provocado que no sintamos la necesidad imperiosa de debatir, criticar o quejarnos. Dicho de otro modo, damos por sentado que todo es blanco o negro porque unos personajes altaneros nos lo dicen; y eso es algo peligroso. Si algo debería caracterizar al ser humano es “el preocuparse”, además de evitar que exista una sola interpretación de los hechos. Durante mucho tiempo, en esa pugna por ver quién goza de la hegemonía mundial, hemos sido partícipes de una única historia occidental. En este sentido, estábamos obligados a interpretar de un solo modo la realidad. Así pues, era lógico hablar de un “choque de civilizaciones”. El famoso sociólogo Samuel P. Huntington escribía en 1993 que el conflicto era inevitable. Declaraciones polémicas que vinieron dadas por esa visión egocéntrica del viejo continente europeo y la deslumbrante nación de George Washington. Normal que Gema Martín destacara que los occidentales no tenemos ni idea de lo que sucede en Oriente. Sin embargo, gracias al trabajo de algunas personas esta tendencia se da en menor medida.
Edward W. Said --intelectual del que aprendí muchísimo a través de sus obras Humanismo y crítica democrática o Representaciones del intelectual, ambas editadas por Debate-- dijo una vez que “el problema no es en absoluto el choque de las civilizaciones. Es el choque de las ignorancias”. Razón no le falta. Precisamente, el desconocimiento es uno de los grandes males de nuestro tiempo. Y no me entiendan mal, hablo de un desconocimiento provocado por ciertos intereses que luego revierten negativamente en el pensamiento y la enseñanza de cada uno. Recuerdo ahora una cita célebre de ese monstruo del celuloide llamado Orson Welles que decía algo así como: “Muchas personas son lo bastante educadas como para no hablar con la boca llena, pero no les preocupa hacerlo con la cabeza vacía”. Soy de los que opinan que es mejor permanecer callado a decir lo primero que se nos pase por la cabeza. Llámenlo cobardía, llámenlo prudencia; pero para opinar es mejor saber con certeza de qué se opina.

conocer lo ‘desconocido’
Por otro lado, y quizá por esa herencia quizá algo pesimista de los pensadores post-modernos, no creer en nada de lo que se dice o piensa es ya una costumbre. Sería de tontos pensar que existe un único discurso. Siendo conocedor de este hecho, reconozco que leí con gran entusiasmo hace ya muchos años a Amin Maalouf y su obra Las cruzadas vistas por los árabes. Creerán que es una memez pero poder leer la “otra” versión de un mismo hecho histórico enriquece al abrir nuevas perspectivas. Y sé muy bien que todo son interpretaciones, que la historia no puede ser objetiva en su totalidad, que siempre hay intereses ocultos. Aún así, no puedo dejar de pensar en que hay un sinfín de historias y pensamientos que indagar y que estudiar.
Imagino que se preguntarán, ¿a qué viene tanto rollo? Sinceramente, uno a veces reflexiona y se pierde. A pesar de eso, todo tiene un porqué. La visita que esta semana nos hará la directora general de Casa Árabe, Gema Martín Muñoz, me ha dado en qué pensar. Socióloga respetada y asesora de la Presidencia del Gobierno en dos ocasiones, Martín Muñoz es una referencia para comprender mejor al mundo árabe. Precisamente de eso hablará en el Ateneu de Castelló el viernes, 27 de enero, a las 19.30 horas, de las llamadas Primaveras árabes y el papel de las mujeres musulmanas en este importante cambio social y político.
Martín tiene claro que “el choque entre Occidente e Islam es una fabricación geopolítica que sirve para fomentar la guerra y ocultar la riqueza del intercambio entre culturas que forma parte de nuestra civilización contemporánea”. Yo añadiría también que esa fabricación geopolítica se recrudeció aún más debido a la importancia del llamado “oro negro”, el petróleo. Pero bueno, eso es otro cantar que nada tiene que ver con la conferencia que la profesora visitante en la Universidad de Harvard y colaboradora de proyectos con la Universidad de la Sorbona impartirá en Castellón. Martín Muñoz se centrará en el análisis de la evolución de los cambios políticos en los países árabes. Las revueltas populares contra los regímenes dictatoriales del norte de África y Oriente Próximo han supuesto una sacudida social y política de tal dimensión que va más allá de su ámbito geográfico y religioso. Han supuesto un cambio de ciclo en el mundo islámico de alcance histórico y mundial y no debemos permanecer ajenos a este hecho. Debemos ser capaces de comprender esos “otros mundos”. En eso consiste la sabiduría.

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