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Resultado? Satisfactorio. El viaje fue, pese a unos pequeños problemas de salud y retrasos aéreos, enriquecedor. Venecia es, sin duda alguna, uno de aquellos parajes extraños y atractivos que ofrecen, aunque quizá demasiado, actividades variopintas para todo tipo de público. En mi caso y en el mi sister, la ciudad natal de Il Petre Rosso, esto es, Antonio Vivaldi, el arte contemporáneo era nuestro motivo para pasar unos días. La Biennale di Venezia resultó una grata sorpresa. Su sistema de presentación de las obras artísticas, en pabellones divididos por los países representantes en tal evento, es bastante mejor de lo que me esperaba. Acostumbrado a las paredes de pladur de ARCOMadrid o la Bienal de Valencia, las edificaciones que nos encontramos en los parques venecianos y en algunos de sus palazzos, forman parte importante de toda la representación. De entre todas las obras que pude ver y fotografiar (que fueron mogollón), me quedo con Egipto, con los artistas Almand Askalany y Adel el Siwi. Me gustaron muchísimo. Destacar también obras de Michelangelo Pistoletto (miembro del cómite de selección de los artistas del 5X5Castelló Premi Internacional d'Art Contemporani), Raffie Lavie (artista israelí) o la siempre extrovertida Yoko Ono. En definitiva, mi primera visita a este centro bianual del mejor arte contemporáneo fue sobresaliente. Destacar que España promocionó a la figura de Miquel Barceló. Mi pregunta es, si hacía falta. Cada cual que opine lo que desee.

Obras de Almand Askalany y Adel el Siwi