Un estudio sobre nuestros ‘falsos’ hábitos de pensamiento (reseña literaria)

Entre las diversas acepciones de la palabra consciencia uno lee: "Capacidad de los seres humanos de verse y reconocerse a sí mismos y de juzgar sobre esa visión y reconocimiento". A un nivel filosófico, diríamos que la consciencia es el estado de conocimiento de uno mismo y del entorno por la cual el individuo realiza sus funciones perceptivas, intelectuales, afectivas... Al leer Salvar las apariencias. Un estudio sobre la idolatría (Atalanta), de Owen Barfield, uno se encuentra ante un itinerario u hoja de ruta sobre la consciencia y su evolución. Decir que esta es una lectura fácil sería una falacia. A pesar de la dificultad por lo abstracto de sus conceptos e ideas, el interés que suscita es extraordinario. 
Barfield, íntimo amigo de C. S. Lewis, fue un pensador nato. Sus preocupaciones en torno al lenguaje, la capacidad de imaginar y experimentar, sus reflexiones sobre la figuración... Ya lo dijo Saul Bellow en su día: "Hay muchos escritores interesantes, pero Owen Barfield no se contenta con ser simplemente eso. Su ambición es liberarnos... de la prisión que nos construimos con nuestras formas de conocimiento, nuestros falsos y limitados hábitos de pensamiento, nuestro sentido común". Y eso es, precisamente, lo que se refleja también en esta obra que ha sido traducida por primera vez al castellano de la mano de Joaquín Chamorro Mielke.
Salvar las apariencias permite al lector darse cuenta de la importancia de la imaginación, requisito indispensable para el incremento del conocimiento y para "salvar las apariencias del caos y la inanidad", en palabras del propio Barfield. Desde el Antiguo Testamento o la época medieval hasta nuestros días, el autor inglés desglosa una nueva teoría sobre la naturaleza misma del ser humano, de su necesidad por crear ídolos, imágenes que expliquen aquello que no tiene explicación. 
A través de la mitología, la historia, la filosofía, la literatura, la teología y la ciencia, hemos desarrollado un artilugio que sirve de traductor entre lo real y la ficción. En cada capítulo, el filósofo, escritor y poeta pretende subrayar el hecho de que nuestra capacidad para ser conscientes de nuestro entorno ha evolucionado con el paso del tiempo; de ahí que nos preguntemos si lo que creemos ahora tendrá el mismo sentido y significado en un futuro. La respuesta es clara: NO. 

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