El arte conceptual de Lawrence Weiner (artículo de prensa)


Heidegger llegó a la determinación de calificar al arte bajo el apelativo de “enigma”. Como sabemos, los enigmas son un conjunto de palabras o de hechos que difícilmente pueden entenderse o interpretarse. Quizá esta sea una de las características que definan gran parte de la estética contemporánea. Los creadores del siglo XX transformaron por completo el concepto que se tenía hasta la fecha de “obra” y “artista”. Las vanguardias provocaron una ruptura que aún hoy sigue vigente. Tal y como refleja Arthur Danto en su artículo ‘El final del arte’, “hoy en día, nuestra concepción del progreso artístico va más allá de la pintura y refleja la expansión de nuestros poderes de representación, fruto de la invención de la imagen cinematográfica. Hace ya tiempo que los artistas desarrollaron técnicas para plasmar las cosas en movimiento”. Una de esas nuevas formas de expresión vino personificada en el llamado ‘Conceptual art’. Surgido a finales de los años 60 y principios de los 70, la idea principal que subyace este género artístico –si podemos llamarlo así-- es que la “verdadera” obra de arte no es el objeto físico producido por el artista sino que consiste en “conceptos” e “ideas”. No cabe duda de que el ‘arte conceptual’ tiene un fuerte componente heredado de los famosos “ready made” de Marcel Duchamp.

ARTE CONCEPTUAL
En el arte conceptual la idea o concepto prima sobre la realización material de la obra y el mismo proceso --notas, bocetos, maquetas, diálogos-- al tener a menudo más importancia que el objeto terminado puede ser expuesto para mostrar el origen y desarrollo de la idea inicial. Otro elemento a resaltar de esta tendencia es que requiere una mayor implicación del espectador no solo en la forma de percibirlo sino con su acción y participación. En función de la insistencia en el lenguaje, el comentario social o político, el cuerpo o la naturaleza dentro de este arte encontramos líneas de trabajo muy diferentes: ‘body art’, ‘land art’, ‘process art’, ‘performance art’, ‘arte povera’... Entre sus más importantes representantes se encuentran artistas como: Joseph Beuys, Joseph Kosuth, el grupo inglés Art and Language, Gilbert and George, Dennis Oppenheim, Walter de Maria, Robert Smithson, Jean Dibbets, Richard Long o el neoyorquino Lawrence Weiner quien expondrá en el EACC.
   Las condiciones de la obra de arte han sido la base de la propuesta de Weiner desde 1967, usando el lenguaje como un objeto material. Aunque sus obras puedan mostrar cierta apariencia poética, se trata de todo lo contrario; no es con lo intraducible, lo no expresable, con lo que se encara, sino más bien con la necesidad de traducción, y por ende con la problemática de la interpretación. Weiner maneja el lenguaje de manera constructivista y no hermenéutica; no distingue entre substantivos o verbos, entre objetos y acciones. En sus proposiciones no se indica un sentido determinado:
    “El arte que para su apreciación impone al receptor condiciones (...) constituye en mi opinión una estética fascista. Mi arte nunca da direcciones”, señala Weiner. Podemos decir que crear arte con palabras --arte y no literatura-- es lo que Lawrence Weiner se propuso hace ya más de treinta años y ha venido haciendo desde entonces. Como los otros tres fundadores del arte conceptual en Norteamérica (Joseph Kosuth, Robert Barry y Douglas Huebler), Weiner descubrió que podía prescindir de la ejecución material de la obra de arte y limitarse a exponer su proyecto, su idea. De este modo, abandonó la pintura, la escultura y la performance para presentar al público las descripciones verbales de piezas ya realizadas o simplemente concebidas.
   Según el programa original de Weiner, el lenguaje presenta los materiales, objetos y situaciones de modo que el espectador pueda recrearlos imaginariamente. Así la obra de arte alcanzaría una existencia mental pura. Al inscribir sus textos en mayúsculas sobre las paredes (con plantillas o Letraset), Weiner juega con el alfabeto, el cuerpo, el color de las letras y otros recursos del diseño tipográfico.
   En las últimas cuatro décadas Weiner ha realizado obras y exposiciones con textos pintados o vinileados directamente sobre la pared, suelos o fachadas de edificios; en carteles y libros que él mismo diseña. De este modo, el arte de Weiner no existe solamente como lenguaje, ni se limita a ser escrito sobre un soporte, sino que incorpora la vaguedad de significado que puede existir en lo hablado o en lo traducido. Colocando su obra en diferentes contextos claramente accesibles democratiza su propuesta voluntariamente.

PROYECTO DEL EACC
Respondiendo a la invitación del Espai d’Art Contemporani de castelló, Lawrence Weiner propone el proyecto Bajo el sol en dos versiones: un trabajo concebido para el espacio público y una exposición en la que despliega sus conceptos en la sala del EACC.
   La obra pública hace referencia a cuestiones como ¿Qué constituye una escultura pública?, ¿Quién y dónde está ese público? Weiner reitera estas preguntas con este proyecto que se llevará a cabo en tres lenguas: valenciano, castellano e inglés. Así, ‘Bajo el sol’ funciona en dos contextos discursivos, cada uno aludiendo a diferentes espacios y modos de encuentro o espacios de recepción.
   La exposición de Weiner une estos dos niveles, el relacionado con el lenguaje como una presentación necesaria y efímera como punto de partida de la obra pública y el otro como una inscripción permanente de la obra pública en sí misma. Ambos son diferentes pero al mismo tiempo indisociables ya que comparten la misma poética. Representan las figuras del mismo movimiento, el giro de muñeca que hace que la cometa vuele en el cielo y la conduce a matar al toro cuando está cayendo. ‘Bajo el sol’ nos recuerda claramente al mundo taurino pero también la delicadeza y elegancia de una ola que toma forma en el espacio como su propio territorio. Podemos decir que Weiner logra un proyecto que es una invitación a caminar, jugar o simplemente ejercitar la mente de uno mismo. Una apuesta importante realizada desde y para el EACC y que seguro logrará interesar al público castellonense durante su exhibición.

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