Encuentros y discusiones con el autor de 'Ulyses' (reseña)

Lo que internet te da, internet te lo quita. La comunicación en la actualidad es cosa de teclados, emojis, abreviaturas y pantallas (táctiles o no). Se ha perdido, queramos o no reconocerlo, esa intimidad del cara a cara, esa conversación pausada. Nos falta tiempo, dicen. Ahora todo es inmediato, sin sustancia, vacuo. Hoy resulta extravagante el hecho de que algunos sintamos nostalgia por esos encuentros improvisados que, de pronto, se convierten en coloquios en los que reflejar inquietudes y miedos, esperanzas e ilusiones, charlas en las que poder compartir con el otro un poco de ese mundo oculto y entrañable, ese mundo tan nuestro. Crear esa atmósfera de confidencias es algo mágico, pruébenlo.

A través de los recuerdos de Arthur Power tenemos la oportunidad de descubrir y apreciar algunas de las opiniones del autor de un libro «con el que todos estamos en deuda», como dijo T.S. Eliot; es decir, del creador de esa magna obra titulada Ulyses. En Conversaciones con James Joyce (Ediciones Universidad Diego Portales), Power relata varios de los encuentros que mantuvo con el escritor irlandés durante su estancia en París, lo que significa que estamos ante un testimonio excepcional.

Tras la I Guerra Mundial, Power, que ejercía de crítico de arte para una revista, se trasladó a la capital francesa entusiasmado por esa vida bohemia. Eran los años 20 y París el centro del mundo intelectual y artístico. Allí se encontró con un James Joyce que, según parece, rehuía en la medida de lo posible todo contacto social. No obstante, el hecho de que ambos fueran irlandeses quizá provocara esa unión que aquí se traduce en varios fragmentos en los que encontramos breves discusiones acerca de la literatura y los escritores rusos del siglo XIX, los poetas británicos y franceses… Posiciones, las de ambos, contrarias. Power mucho más "clásico" y reservado, cuyos gustos literarios se centran más bien en la estética y belleza del lenguaje. Joyce mucho más "moderno" y atrevido, convencido de la necesidad de romper con lo establecido, de ser radical con el lenguaje y su estructura. Debates enérgicos entre los dos, no exentos de inteligencia y erudición.

Gracias a estas "conversaciones" conocemos de primera mano lo que James Joyce entiende por autor moderno y cuál es su función, qué simboliza o debe significar la literatura, y que sin sentido del humor un escritor es inhumano. Revelaciones varias y gratificantes.

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