Historias sobre esa América oculta, marginada y real (reseña)

Fue Juan José Saer, en su obra más reconocida, El entenado (Rayo Verde), quien dijo: «El vicio fundamental de los seres humanos es el de querer contra viento y marea seguir vivos y con buena salud, es querer actualizar a toda costa las imágenes de la esperanza». Ese vicio fundamental es, precisamente, el que ha moldeado la identidad típica estadounidense. El mal llamado «país de las oportunidades», donde todos pueden alcanzar su sueño, ha pecado desde tiempos ha de un exceso de puritanismo hipócrita. Todo son (falsas) apariencias, caprichos pueriles y afán de poder. También peca, esa «gran nación», de unos delirios de grandeza que han sido acrecentados por su actitud desafiante, pomposa y altiva —a la que todos hemos contribuido a forjar—. Da la sensación, cuando uno menciona siquiera los Estados Unidos, que todo allí es gloria y honor, el mismísimo paraíso, un país inmaculado, de gran rectitud moral, sin defectos. No obstante, y como muy bien sabemos, nunca nada es lo que parece, y en esos vastos territorios marcados por la desconfianza y la sinrazón, existe un lado oscuro donde la violencia y la desesperación son el pan nuestro de cada día.

En el conjunto de relatos titulado Desguace americano (Dirty Works), la escritora Bonnie Jo Campbell refleja esa otra América, la profunda o rural, una América muy real pero de la que los poderosos prefieren desentenderse, menos cuando se acercan elecciones. Esa América de casas móviles o roulottes, laboratorios clandestinos de metanfetamina, chatarra y alcohol, nunca deja de sorprenderme, y la lectura de cada uno de estos textos me sume en un estado de estupefacción total y absoluto. El por qué de esa sensación hipnótica o de asombro tiene su origen en ese vicio fundamental del que hacía mención al principio, ese afán por crear una constante cortina de humo que acalle los gritos de los más desfavorecidos, de los marginados. Ya se sabe, en los Estados Unidos todo es diversión, alegría y esperanza.

Estas historias están plagadas de estos seres excluidos o inadaptados: un hombre desfigurado que atropella sin querer a una chica, una niña que fue violada por su tío, un hombre que roba y apalea a otro para conseguir el suficiente dinero y comprar drogas, una aspirante a granjera a punto de perder el rumbo de su vida... Cada relato es una muestra de cuán dura puede ser la vida, de la suciedad (física y espiritual) que existe, de las inclemencias e injusticias que forman parte del día a día de miles y miles de familias que únicamente aspiran a sobrevivir en un sistema socio-económico feroz y despiadado. Aun con todo, en estas historias que tan brillantemente escribe Bonnie Jo Campbell, con un estilo austero, libre de todo artificio, existe siempre un ligero atisbo de esperanza. En cierto modo, los personajes de estas historias buscan el triste consuelo de la redención, y en ese esfuerzo reside una belleza que me conmueve. Aquí hay dolor y pena, hay amor y odio, hay vida. 

Comentarios

Entradas populares