La heredera real de la canción jazzística

Dianne Reeves

¿Saben aquella sensación de: “lo veo y no lo creo”? Pues eso mismo le sucede a un servidor --y estoy seguro que a más de uno también-- al observar y comprobar que Dianne Reeves actuó en Castellón. Sí, amigos míos, sí. Han leído bien. Una de las divas más importantes de la historia del jazz --una leyenda diría yo-- nos deleitó con aquello que le ha hecho tan famosa: su voz.
Muchos creerán que la presencia de esta ‘jazz lady’ se debía a una gira por España y que su actuación en el Auditori de Castelló era una de tantas paradas. Sin embargo, cuál fue de nuevo mi sorpresa al saber que no era así. Indagando averigüé que Dianne Reeves vino a la capital de La Plana directamente de Francia y que se marchaba a Sao Paulo tras dejarnos boquiabiertos. Hablamos, pues, de que la vocalista norteamericana ofreció un concierto único en España, y lo hizo en Castellón. De nuevo debo decir que estoy anonadado. Sigo sin creer que esto haya sido posible. Pero el hecho de que sí disfrutáramos de esta cantante demuestra que estamos creciendo y, además, a un importante nivel.
   Descubierta por el trompetista Clark Terry cuando todavía iba al colegio, Dianne Reeves, comenzó a cantar cuando era muy joven en la banda de su escuela. La entrada del célebre Terry en la vida de Reeves fue el punto inicial para comenzar una meteórica carrera. Nada más empezar, la vocalista conoció y participó en diversas grabaciones con músicos de la talla de Lenny White, Stanley Turrentine o Alphonso Johnson para, una vez ya consgrada, continuar las colaboraciones con míticos músicos de jazz como Joe Williams, Harry “Sweets” Edison, James Moody, Phil Woods, Toots Thielemans, Kenny Barron o el mismo Clark Terry.
   Sin desmerecer a ninguna de las cantantes de jazz que ahora mismo triunfan con sus grabaciones discográficas --tales como Diana Krall--, Dianne Reeves tiene mucho más poderío y presencia sobre el escenario. Su dúctil voz te atrapa y seduce desde el primer minuto. George Clooney, un aficionado al jazz con mucho criterio, la escogió para que actuase y protagonizase la inteligente banda sonora de su película ‘Good night, and good luck’. El cine reconoció así la vital importancia de Dianne Reeves en el jazz contemporáneo. Porque Reeves es, sin duda, la heredera real de la canción jazzística sin conservantes ni aditivos. Ahora en su vuelta a España, a Castellón, presentó uno de sus proyectes más sublimes: ella sola y doce cuerdas, dos guitarras en manos de dos sabios como Romero Lubambo y Russell Malone. Un recital sutil, exquisito y lleno de energía. Yo me quedé fascinado y mi hermana, que estuvo a mi lado durante el concierto, también se dejó llevar por el aura de una mujer impresionante.

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