La biografía de un genial autor anónimo (reseña literaria)

“Precisamente, el hombre puede acostumbrarse a todo: a nacer, a morir, a matar. Eso es lo propiamente trágico del hombre y no su privilegio, como algunos afirman”. Leer B. Traven. Retrato de un anónimo célebre (Sexto Piso) me ha hecho pensar mucho --no sé si eso es bueno o malo, o si mis neuronas lograrán soportar tanta presión--. Guy Nadeau, más conocido como Golo, es el autor de esta obra en la que narra las venturas y desventuras de uno de aquellos seres que siempre despertarán admiración por su capacidad de sorprender a propios y extraños. El porqué de tanto magnetismo reside en el misterio que rodea a la vida de B. Traven, o Traven Torsvan, o Hal Croves, o Ret Marut... Poco sabemos de este personaje. El anonimato fue su seña de identidad, su pasaporte para disfrutar de la vida a su antojo, aunque también sería, creo yo, su particular penitencia.
A través de cada una de las viñetas de Golo vamos transformando nuestro papel ante el libro. De ser meros lectores pasamos a ser fieles compañeros de Bruno Traven, leales servidores, confidentes y también, porqué no decirlo, transmisores de sus peripecias. Prófugo, reo, actor y escritor, carbonero, recolector de algodón... Las identidades que creó para evitar ser apresado por el sistema político-social de su época fue notable. Dicho de otro modo, fue un auténtico superviviente, un hombre de mente lúcida, decepcionado con el mundo y su realidad. Fíjense hasta donde llegó su sensatez y clarividencia que ya avisaba al mundo de la falta de autonomía de los medios de comunicación a principios del siglo XX. “En este momento, la libertad de prensa no existe. Los periodistas son unos crápulas, manipuladores de la opinión que engañan al pueblo por temor a encontrarse sin un ingreso garantizado”. Como dirían algunos, esto es una verdad absoluta. “No todo hombre posee la capacidad de mantenerse recto, honrado y firme en sus convicciones frente a la eventualidad de no saciar su hambre. En todo caso, el periodista no la tiene”, nos cuenta.
Leer esta magistral biografía sobre uno de los escritores más intrigantes que hayan existido jamás me ha servido para replantearme infinitud de cuestiones sobre el papel que desempeño en el mundo del periodismo --cómo escribir y admitir mis errores, cómo buscar la verdad, el entendimiento...--. Hay que ser honestos, aunque sea difícil admitirlo y, sobre todo, hay que ser valiente para afrontar la realidad que hemos desdibujado a nuestro antojo. Una lectura que deja poso.

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