Un homenaje a esos superhéroes anónimos (reseña literaria)

Que el arte, a día de hoy, cumple una función crítica es una obviedad. Alejada ya en el tiempo, casi olvidada, la idea de que el arte es meramente decorativo, son muchos los artistas que han desarrollado un agudo sentido de apreciación de la realidad que nos circunda. Ese juicio de valores, ese exhaustivo análisis del engranaje sociopolítico y económico que rige el mundo, viene dado gracias a una sensibilidad especial, a un sentimiento de confraternización, de empatía. El artista comprometido --no todos lo son-- intenta siempre ponerse en el lugar del otro, acercarse al máximo a su entorno para intentar comprender las injusticias, contradicciones, penas y glorias de los demás. Dicho de otra forma, busca comprender los modos de ser y actuar de las personas que viven en una sociedad que cada día que pasa se ve más inmersa en un mar de dudas.
Dulce Pinzón es, probablemente, una de esas artistas comprometidas de las que hablaba. Al menos, esa es la sensación que obtengo tras haber disfrutado con su proyecto La verdadera historia de los superhéroes, publicado por Editorial RM. Pinzón fija su mirada y cámara fotográfica en la economía sumergida a través de diferentes trabajadores inmigrantes mexicanos que viven en Nueva York. La fotógrafa mexicana lo que pretende es dar a conocer el sacrificio que estos “superhéroes” anónimos realizan diariamente, además de alzar la voz ante el silencio protagonizado por la impotencia y la explotación. Así pues, como bien remarcan desde la editorial, “el principal objetivo de la serie de fotografías que se presenta en este libro, es rendir homenaje a estos hombres y mujeres valientes y determinados que consiguen, sin la ayuda de poder sobrenatural alguno, resistir condiciones de trabajo intensas para ayudar a la prosperidad de sus familias y comunidades”.
El libro contiene hasta veinte retratos de inmigrantes mexicanos y latinos, todos ellos vestidos con los trajes de los superhéroes populares americanos y mexicanos. Las instantáneas de Dulce Pinzón fueron tomadas en el ambiente laboral de cada “trabajador-superhéroe” y cada una de ellas está acompañada por un breve texto que incluye el nombre del inmigrante, su ciudad y la cantidad de dinero que envía a sus familiares periódicamente. Un proyecto de concienciación social.

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