“Vivimos por, de y para la música" (Entrevista a Jesús Llorente)

Tras haber disfrutado un año más de un festival inclasificable y maravilloso, he creído oportuno recuperar la entrevista que le realicé a su director y responsable también de Acuarela Records. Ahí va...


Jesús Llorente

¿Los festivales nacen, crecen y se desarrollan solos? Podemos asegurar que hasta la fecha no surgen por generación espontánea. Existen, según ciertas fuentes fidedignas procedentes de varios rincones del planeta, una serie de personas que se dedican a la gestación de estos eventos en pro de la cultura. Una de esas personas es Jesús Llorente, el “culpable” de haber creado el que llaman, no sin razón, “el festival de invierno por antonomasia”, conocido también como Tanned Tin.

Si algo caracteriza a la provincia de Castellón en las dos últimas décadas es el surgimiento y posterior afianzamiento de dos citas ineludibles para los amantes de la mejor música independiente. El FIB es "la bestia" donde miles de jóvenes se reúnen año tras año. El Tanned Tin es "la fierecilla" que seduce a un público que busca, sobre todo, experimentar con la música a través de la propia música.

Asistir al Tanned Tin es una experiencia que permite descubrir sonidos nuevos, grupos prometedores, mágicos momentos. Haber logrado que un festival así sobreviva con la que está cayendo es todo un logro. De eso quise hablar con Jesús Llorente, y esto es lo que me contó.

Pregunta: En primer lugar, enhorabuena. Hasta la fecha no he tenido opción de agradecer el esfuerzo e ilusión con que materializas cada año un festival que, al menos para mí, es más que un festival. ¿Cómo se consigue mantener ese espíritu, seguir al pie del cañón?

Jesús Llorente: ¡Gracias por tus palabras! Bueno, seguir al pie del cañón y mantener este espíritu no resulta complicado ya que durante todo el año vivimos por, de y para la música. Tengo muy claro, lo he tenido siempre, que es lo que quiero hacer toda mi vida y aunque lo que realmente me ilusione más sea el trabajo específico en el sello discográfico, descubrir talentos y potenciarlos, es evidente que el festival es una ramificación importante de esto, una ampliación --por decirlo al estilo de Houellebecq-- del campo de batalla.

P: Probablemente, y debido a la ya archiconocida --y demonizada también-- crisis económica, parece casi un milagro contar con una nueva edición del Tanned Tin.

J. Ll.: La crisis, o cómo quieras llamarlo, hace que se agudice el ingenio, que se tengan las cosas mucho más claras.

P: Cuando a ciertas amistades que no viven en Castellón o no frecuentan los mismos círculos, les dices que vas al Teatre Principal para disfrutar de tres días seguidos de conciertos, no se lo acaban de creer. Sin embargo, el Teatre es parte de la magia del Tanned Tin, ¿no?

J. Ll.: Definitivamente, contar con un sonido perfecto y unos técnicos --de luces, de sonido, etcétera-- en los que se puede confiar al ciento por ciento hace que todo se predisponga hacia la magia que mencionas.

P: ¿Qué resulta más difícil, confeccionar un cartel atractivo o hacer que, una vez aquí, todos los artistas disfruten del ambiente y den lo mejor de sí?

J. Ll.: Lo segundo depende un poco de lo primero. Piensa que normalmente con los artistas --e intentando eliminar intermediarios nos convertimos en mediadores entre el público y los músicos-- tenemos una relación prolongada durante el año. No abrimos un catálogo de bandas disponibles con fecha y precio y los elegimos cual cesta de la compra, como me consta hacen otros festivales. Todo lo demás se produce por añadidura.

P: Para muchos, el Tanned Tin es sinónimo de un paraíso para descubrir nuevos talentos. Digo esto porque algunos de los grupos o cantantes no son muy conocidos en nuestro país. ¿Es el Tanned Tin un gran escenario de oportunidades?
J. Ll: Lo ha sido para muchos artistas que hicieron su debut en España en el Tanned tin, o al menos ese concierto que hizo que pasaran de ser una banda de culto a llegar --por el impacto mediático y el boca a boca-- a mucha más gente tras sus respectivas actuaciones. Ahora parecen grandes nombres, pero en muchos casos no lo eran cuando se les programó en su día: Animal Collective, Final Fantasy, Antony & the Johnsons, Sam Amidon, Retribution Gospel Choir, Deerhunter, Beach House, Dirty Projectors, The Clientele, Beach House, M. Ward, Okkervil River, The Wave Pictures, CocoRoise, The Decemberists o Deer Tick.
Te diría que con lo que cobran, a día de hoy, Animal Collective por asistir a un festival para actuar se podría presupuestar el Tanned Tin al completo.

P: Haciendo un alto en el camino, echando la mirada atrás, ¿qué momentos o actuaciones te han marcado a lo largo de la vida del festival?

J. Ll.: Hay un montón que me han dejado mella, destacaría a la reunión de Come en la edición del 2008, las dos veces que han tocado The New Year, o los conciertos de Deertick, Okkervil River, Animal Collective, M. Ward, Sam Amidon, Damien Jurado o Jeffrey Lewis. Cada edición tiene muchas actuaciones notables,  varias sobresalientes y alguna que ya no se te olvida jamás.

P: ¿Existe un sello Tanned Tin?

J. Ll.: Me gustaría pensar que sí. Algo como la Masia en fútbol. O un restaurante que prepara un menú degustación con cariño e ingredientes artesanos.

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