El tierno y oscuro relato crudo y fantástico de una niña (reseña)

Una novela que bien podría confundirse con un libro de relatos. Esa sería la descripción breve e imperfecta de Casandra y el lobo (Ardicia), obra de Margarita Karapanou en la que me adentré de un modo un tanto tímido, puesto que desconocía por completo a la autora griega y porque no lograba entender su estructura —no en un primer momento—. Creí que, efectivamente, las historias que encontraba en este libro eran historias independientes, y lo cierto es que podrían funcionar como tal —al menos, así lo creo—, si bien poco a poco me percaté de la intención de su autora de crear escenas de la vida de la pequeña Casandra, personaje ya inolvidable por su descaro, su portentosa (o enloquecida) mente, su propia existencia sobre el papel. 

Karapanou ofrece al lector la posibilidad de penetrar en un terreno en el que lo abyecto se entremezcla con la ingenuidad, donde se intuyen ciertas actitudes morbosas, censurables e inmorales. Son vivencias, escenas o situaciones, protagonizadas por esta singular infante, impregnadas de humor negro, en las que lo fantástico cobra un protagonismo esencial, todo ello para retratar de un modo que me parece totalmente original esa eclosión de la vida adulta, o mejor dicho, la gestación de lo que por desgracia se traduce en la pérdida de la inocencia. 

En cada una de estas historias, que conforman el relato vital de Casandra, uno es capaz de entrever la crudeza de un mundo que siempre, aunque no lo creamos, es hostil, un mundo de violencia, de muerte, de seres desalmados. Y todo ello a través de la aparente ingenuidad de esta heroína tan singular como perversa en ocasiones, puesto que de ella nacen también episodios agresivos e incongruentes, hasta cierto punto terroríficos. Es, Casandra, una niña contradictoria, capaz de despertar en nosotros un sentimiento de ternura y de estupor, por sus acciones, sus pensamientos y emociones, su postura frente a sus familiares y amigos, frente al mundo. Y aunque algunas veces uno pueda sentir cierta repulsión por esa realidad despiadada que se sospecha en cada página, la lectura te atrapa completamente. 

Casandra y el lobo es una de las lecturas que mayor extrañeza y fascinación me ha producido en bastante tiempo por esa combinación de «secretas crueldades» —como afirmó John Updike— que en ella encontramos. Libro, este, surrealista, espontáneo, fresco, sugestivo, una historia que contiene escenas que difícilmente se pueden borrar de la mente por su extravagancia y por la fuerza de la propia narrativa de Karapanou, escritora de la que quisiera profundizar mucho más, lo reconozco.

En definitiva, dicen que Karapanou escribió una versión más feroz de la Alicia de Lewis Carroll, y en parte tienen razón los que esto afirman. Sin embargo, prefiero evitar comparaciones y afirmar que la autora griega nos ha legado una obra sorprendente, de principio a fin. Lean, y juzguen ustedes mismos.