Sátira, un tanto bizarra, de la sociedad norteamericana (reseña)

En un combate entre un oso y un tiburón, ¿qué animal ganaría? Esa es la pregunta que plantea Chris Bachelder para crear en su novela Oso vs. Tiburón (Automática), una sátira de la sociedad norteamericana contemporánea —aunque yo diría que de toda sociedad capitalista actual—.

Partiendo de la premisa de que estos dos animales extraordinarios no comparten hábitat, y por lo tanto sería imposible un enfrentamiento entre ambos —por más que en algún artículo se deje entrever que el tiburón de Groenlandia o Somniosus microcefalus ha «devorado» a algún que otro oso polar—, Bachelder hace de esa improbabilidad un punto de partida para reflexionar sobre la tiranía del entretenimiento pueril que el consumismo frenético nos impone. Y todo ello inventándose una realidad en la que Las Vegas se ha convertido en una especie de estado independiente de Estados Unidos, una realidad en la que la población vive por y para lo que consideran el gran espectáculo del siglo —algunos «matarían» incluso por conseguir una entrada—, que no es otra cosa que ese combate «virtual» entre un oso y un tiburón, un combate que se retransmitirá también en pay-per-view convirtiéndose, así, en un negocio redondo para los organizadores de este esperpéntico evento.

Con un humor ácido, Bachelder versa sobre la hipocresía, la realidad miserable y desahuciada del showbussiness, y la gestación de una sociedad malpensante —o más bien, una sociedad que no piense—. Todo ello a través de una familia de clase media típica que ha sido «bendecida» con entradas para ver en directo esa histórica y legendaria lucha y que se dirigen hacia ese fabuloso despliegue de neones resplandecientes y de edificios rutilantes que es Las Vegas. No obstante, si el lector es atento, sabe que detrás de toda esa pomposidad y esos deseos, se oculta una realidad miserable que, por desgracia, es demasiado real, una realidad en la que la televisión ejerce el control total de nuestras vidas, en la que cualquier banalidad se mediatiza y nos idiotiza. 

No contento con ello, Bachelder ofrece todo este discurso alternando comentarios provocadores, histéricos, en los que también tienen cabida ciertos personajes, a cual más extraño, como esos grupos de terroristas fanáticos que desean boicotear el combate, los falsos o dudosos profesores universitarios, presentadores de televisión un tanto excéntricos... Es esta una historia muy extraña, la verdad sea dicha, aunque entiendes su planteamiento, o mejor dicho, el objetivo de dar buena cuenta de esa existencia segregada y banal, una vida bajo estricto control como la que nos encontramos hoy día.

Sarcástica, caótica, bizarra... Oso vs. Tiburón no deja indiferente, ni mucho menos. Te arranca unas cuantas sonrisas cómplices y también socarronas, pues uno se da cuenta de que la incongruencia de este mundo no parece tener límite alguno. 

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