El periodismo como arma contra toda injusticia (reseña)

Siempre he considerado el periodismo como una de las grandes armas contra la ignorancia y la arrogancia, contra esa lacra social de la corrupción, contra la mentira establecida, contra todas aquellas injusticias que flagelan todo sentido de la moral, así como la integridad y humanidad del ser humano. Siempre creí que el periodismo podía acabar con todo eso gracias a «la verdad», ese juicio o cualidad que, visto lo visto, y por desgracia, carece de sentido alguno hoy en día, por más que sigamos vitoreando su nombre. No hay verdad que valga, ya no. 

Desgraciadamente, y sabiendo que puedo estar echando piedras sobre mi propio tejado, no existe una verdadera independencia, ni siquiera una intención clara por querer desvelar esos abusos y atropellos que han logrado viciar un sistema y una sociedad que vive en un total desencanto. No obstante, y a pesar de este discurso victimista, no negaré que, muy de tanto en tanto, parece que se abra alguna mínima grieta que deje pasar la luz y nos (me) reconcilie con el mundo y la justicia, pero son contadas las ocasiones, demasiado escasas a mi entender. Así, aun siendo pesimista sobre el estado actual que vive el periodismo actualmente, mi personalidad ilusa (o, más bien, inquieta) me permite creer que existe cierta esperanza, que no está todo perdido, no de un modo definitivo. En este sentido, lecturas como Todos los hombres del presidente, verdadero clásico de periodismo de investigación firmado por los legendarios Carl Bernstein y Bob Woodward, hacen que vuelva a confiar en el espíritu indomable del ser humano, en la capacidad de observación y análisis, de divulgación y búsqueda de esas certezas que eviten que caigamos en la manipulación más rastrera. 

Lince Ediciones recupera esta obra que vuelve a cobrar una gran relevancia en los Estados Unidos de ese charlatán populista llamado Donald Trump y que nos recuerda el verdadero poder que puede y debe ejercer en más de una ocasión esta profesión. No hay que olvidar que la profunda investigación de Bernstein y Woodward logró derrocar al gobierno de Richard Nixon, dejando en evidencia todos los trapos sucios y argucias que cometió el mismo presidente y su séquito de asesores para minar la credibilidad del Partido Demócrata, rival en las elecciones. Esta obra narra con un ritmo trepidante todos aquellos pasos (algunos de ellos dados en falso) que dieron los dos periodistas del Washington Post, con ayuda de esa misteriosa fuente que se convirtió en mito, Garganta profunda.

Espionaje, corrupción, falsos testimonios, amenazas... Gracias a este extraordinario documento, periodismo vivo en todo su esplendor, conocemos cuán ruin puede llegar a ser un hombre en su afán por ostentar el poder, engañando a toda una nación y a sí mismo, creyéndose inmaculado. Devastador relato, inspirador, que infunde cierto consuelo ante los abusones, ante la mala praxis, ante la injusticia y manipulación, ante el embuste. Obra maestra del periodismo que todos deberíamos leer. 

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