El amor contra la lacra del racismo en Estados Unidos (reseña)

La figura de James Baldwin es, por derecho propio, imprescindible a la hora de hablar sobre literatura norteamericana del siglo XX. Lo es por su férrea lucha en favor de los derechos civiles, por su valentía a la hora de relatar la lacra del racismo en un país que, como muy bien sabemos, ha demostrado ser excesivamente hipócrita en cuanto a ese modelo de vida ideal, donde todo el mundo es capaz de alcanzar su sueño. Nada más lejos. 

Llevo cierto tiempo atraído por Baldwin de una forma indirecta. Teju Cole, autor admirado, reflexionaba en su libro de ensayos Cosas conocidas y extrañas (Acantilado) sobre la negritud, es decir, de lo que significa ser negro en el mundo actual, o ser negro en lugares marcados por importantes conflictos raciales. Para ello, se servía de Baldwin, de sus escritos, de su mirada y su pensamiento. Leyendo a Cole ansiaba leer a Baldwin para conocer su verdad de las cosas, su forma de entender un mundo que, como a la mayoría de nosotros, nos ha traicionado en mayor o menor medida. Así, no tardé en visionar el documental I am not your negro en el que director Raoul Peck reimagina Remember This House, la obra inacabada de Baldwin. En esta pieza cinematográfica, se utilizan fragmentos extraídos del libro original, aportando una visión genuina sobre el racismo en Estados Unidos contada a través de las vidas —y posteriores asesinatos— de tres de sus amigos íntimos: Martin Luther King Jr., Medgar Evers y Malcolm X. El documental me conmovió, como era de esperar, y también me provocó una profunda desazón al pensar en la estupidez del ser humano, en su irracional comportamiento, en el odio que es capaz de generar.

Debía «enfrentarme» a uno de los textos de James Baldwin y el momento llegó con la reedición de El blues de Beale Street (Literatura Random House), para muchos su mejor novela. A través de la historia de Tish y Fonny, de su historia de amor profundo y sincero, el autor estadounidense refleja la triste realidad de ser negro en un país que, pese a lo que muchos quieran pensar, sigue siendo racista y clasista. Baldwin retrata una injusticia real, la de ser encarcelado por el simple hecho de tener la piel de otro color que no sea el blanco, y lo hace a través de un conmovedor relato en el que no falta la desesperación, el llanto, la marginación, la crueldad de la incongruencia, pero también el afán de supervivencia, el sentido de la unidad familiar, la búsqueda de la razón y la honestidad.

A medida que uno avanza en la lectura  de este libro es capaz de sentir desprecio por un sistema segregacionista, intolerante, feroz con los más débiles, un mundo violento. No obstante, y pese a todo, la historia de Tish y Fonny nos ofrece un atisbo de esperanza, con el amor como protagonista, un amor que parece superar cualquier obstáculo, avanzando hasta el punto de dar a luz una nueva vida. Es esta una obra intensa y sensual, crítica, colérica en ciertos momentos por ese sentimiento de desamparo, pero tierna y conmovedora. Leer a Baldwin es leer una realidad contemporánea. 

Comentarios

Entradas populares