Bis bald, Berlin!

Brandenburger Tor

Regresé de mi experiencia berlinesa con un buen sabor de boca. Una ciudad cosmopolita y transgresora que mantiene, por otra parte, viva su historia más reciente. Me sorprendieron las calles de uno y otro lado del ya desaparecido muro. Cambios radicales en las estructuras arquitectónicas que provocan una regresión en el tiempo: a aquellos malditos días de la guerra fría. Contemplar la puerta de Brandemburgo, pasear por la Friedichstrasse o por la Bebelplatz, ver la inmesa Unter den Linden... una sensación única.
Deseaba enormemente viajar a esta gran urbe por varias razones, una de las cuales (y quizás la principal) era la de viajar en el tiempo; más concretamente hasta la época de los alocados años 20. Hace un tiempo leí una novela que no creí fuera a marcarme tanto: Una princesa en Berlín, de Arthur R. G. Solmssen. Un perfecto reflejo de la patética situación en la que se vio inmersa la sociedad alemana tras la derrota en la I Guerra Mundial. La obra de Solmssen nos adentra en una época histórica clave, para el desarrollo de lo que ha sido el siglo XX. A través de sus personajes, Solmssen nos da distintas visiones y versiones de unos hechos que han marcado nuestro presente. La lectura de esta novela, trae consigo muchas preguntas sin respuesta racional (aunque no me gusta utilizar ese término). Te transporta a vivir experiencias de todo tipo: frustración, odio, impotencia, malestar, miedo, erotismo, creencias, lujo, vanidad, envidia, y un larguísimo etcétera.
Berlín era y es un referente europeo. Una ciudad que ha visto, oído y dicho mucho (quizás demasiado). Una ciudad que ha sufrido. Una ciudad que ha creído en la lucha por los derechos civiles. Una ciudad que no ha sucumbido. Una ciudad mágica.
Berlin immer werde ich mich an Sie mit großer Zärtlichkeit erinnern!

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Berlín!!!
Saludicos ^_^

(Genial Groucho, aunque también la cita de Chabrol era genial!)

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