Poesía y otros menesteres con Jaime Siles

Sin

Sin signos.
Sin idioma.
Sin final.
Tal cual a ti
en ti
nada te cambia.
Lo anterior a tu voz,
eso es el mundo.
De "Biografía sola" 1971


Soy un ser afortunado. No es que quiera parecer un presuntuoso, ni mucho menos. Pero tengo suerte. Digamos que la vida me sonríe. Bueno, más que sonreír, me mima. Y porqué digo esto. Digo esto, y diré más, porque mi trabajo me ha permitido compartir mesa, cena y tertulia junto al poeta Jaime Siles. Amigo de Vicente Aleixandre, Alberti y otras grandes mentes de nuestras letras, ha sido un lujo estar con él. Repito, soy afortunado. Y como dije, digo más, puesto que escuchar a tan célebre autor y poder vivir en la propia carne esa experiencia majestuosa de intercambiar opiniones y discernir sobre temas de aquí y allá, no tiene precio --parafraseando al anuncio de la caja tonta--. Jaime Siles es, ante todo y lo que es más importante, un investigador de la lengua. De joven encontró en la filología clásica un rincón donde saciar su incipiente curiosidad intelectual. Más tarde, la tradición germánica completaría, aunque no totalmente, su formación. Revolucionario de la poesía cuando hubo de serlo, siempre ha mantenido una pugna interior por encontrar en cada momento de su periplo vital una forma de expresión poética acorde con su pensamiento. Y lo ha logrado siempre, aunque en algunos de sus poemas, como dice el mismo, no consiguiera el efecto deseado. Gran conversador, sabio de los que se extinguen poco a poco, Siles defiende con uñas y dientes la buena educación para lograr metas mayores en la vida intelectual y, por ende, humana. Y es que, por desgracia, el mundo educativo va de mal en peor, pese a que algunos ciegos, sordos y mudos, nos quieran vender lo contrario. Prima la ley del mínimo esfuerzo y eso nos hace débiles, cobardes, “masa” como diría Ortega y Gasset. Las altas esferas pueden mover sus hilos fácilmente y controlarnos a su antojo. Hay que volver sobre nuestros pasos para analizar la situación y reconducirla hacia un puerto más seguro. Para ello, creo sinceramente necesaria la recuperación de la crítica, la verdadera opinión pública y, porqué no decirlo, la valentía para enfrentarnos a esta injusticia que nos está transformando en auténticos mansos que se contentan con “pan y toros”.
Hablar con Jaime Siles me ha demostrado que sé muy poco. Sin embargo, también me ha servido para darme cuenta de que debo seguir luchando para no ceder. La literatura es, en este sentido, un aliado perfecto para alcanzar esta meta. Asimismo, el arte, el teatro, la danza, la música… Todas ellas son fuente imprescindible de la que hay que beber y beber a borbotones sin temor a atragantarnos. Tengo hambre de más y más cultura. ¿Alguien quiere un trozo?

Comentarios

Entradas populares