Una evolución pictórica (artículo de prensa)


La vida siempre logra sorprender a uno gracias a esas situaciones, que nos extrañan y a la vez nos atraen, llamadas coincidencias. Es curioso cómo esas conexiones, enlaces o momentos inexplicables se suceden una y otra vez. Como ejemplo de todo esto les diré que, la pasada semana conversamos con Amat Bellés sobre la situación del arte actual. ¿Y hoy? Hoy hablamos de uno de los exponentes de la pintura castellonense más personales: Wences Rambla. La coincidencia viene dada porque la primera exposición que hizo Rambla, en 1971, fue junto al de la Pobla Tornesa. Asombroso, ¿no creen? Para algunos esto no tendrá la mínima importancia, pero para un servidor, estas minucias le resultan muy jugosas e impactantes. Igual de impactantes, me atrevo a decir, que la nueva obra que Wences preparó para su exposición en la galería Art Dam --en conjunción con Coll Blanc; de nuevo surgen los nombres de Paco Puig y Mariano Poyatos--.
Rambla ha trabajado a conciencia durante todo un año para crear nuevos aspectos en sus obras. Sus lienzos se han caracterizado siempre por ese paisajismo geométrico abstracto, sello inigualable que ha marcado la trayectoria del castellonense y del que podríamos definir como un estilo único. Cuando uno observa una obra de Wences Rambla, sabe desde el primer momento que es de Rambla. Lograr esto es algo asombroso. Mucho esfuerzo y trabajo ha llevado a cabo el de Castellón para que esto sea así.

nueva obra
En la serie de cuadros que presentaó en Art Dam se siguen viendo esos espacios plásticos que se muestran casi como topográficos. Esa serie de estratos o niveles que disponen de un estudiado cromatismo y que conformar una serie de elementos de capilaridad, producidos, en su mayor parte, por la rugosidad del soporte que ha utilizado para muchas de estas obras: el papel.
Rambla continúa con su geometría, con esa pauta de estratos. Sin embargo, ahora adquieren una mayor especialidad, ya que los colores transpiran aún más, se inmiscuyen en la obra. Esto, sin duda alguna, es una evolución más en la estética de Wences. Ahora, nos deleita con una geometría dulcificada e impactante --dependiendo de la obra-- por los colores que ha utilizado.
Desde hace una década, aproximadamente, Rambla ha utilizado los colores verdes para plasmar paisajes de la mente. Este hecho es extraño, ya que el cromatismo que rodea al verde ha sido muy poco utlizado en la abstracción. Es, como dice el propio Rambla, “un color difícil de contrastar con otros”. Ahora, por el contrario, sorprende dando otro paso en su gama cromática haciendo uso de colores naranjas y realizando una depuración del color sobre el color.
Podemos decir, pues, que empieza otra línea de estudio, aunque no olvida las otras temáticas que han caracterizado su trayectoria. Wences Rambla pretende estudiar, ahora, otras estructuras geométricas, que se hacen más voluptuosas, sensoriales, pero dentro de una elegancia en la que se ve una geometría muy lineal y otra más orgánica. Los colores se fusionan, aunque se mantienen autónomos.


impacto visual
“Estoy indagando cómo el color es constructor de la imagen”, señala. Rambla no busca en el color, únicamente, algo que de sensorialidad al cuadro. Quiere construir la forma a partir del cromatismo.
Esa interacción del color en la obra, es lo que trata de trabajar. Además, no es una pintura plana, existen relieves. Hay texturas, aunque dentro de un límite de finura. Y todo ello para lograr crear un impacto visual que atrape al espectador. “El arte tiene una misión fundamental, que es producir un placer estético”, remarca Rambla, quien pretende hacer una comparativa con la música. “La música tiene la misión de darnos placer; es el arte sensorial más abstracto que existe. En mi pintura intento imprimir cierta musicalidad, que los colores produzcan una sinfonía visual que produce unas connotaciones sensoriales o cinéticas”, dice el artista. Rambla busca crear el mismo efecto que en su día ya estudiaron los tratadistas alemanes del Neoclasicimos, como es la ‘poiesis’ (la pintura como algo poético) para trasladarlo a lo musical. Wences quiere que su pintura produzca un impacto visual que tenga la misma fuerza de una melodía al ser oída. “Después uno ya puede hacer un análisis completo de la obra, sin embargo, me interesa mucho más esa primera visión”, señala.
En definitiva, la casi veintena de obras que presentó en Art Dam nos servieron para comprobar la evolución de este artista único.

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