Esa "muerte lenta" de la Gran Manzana (reseña literaria)

"Cruzar con imprudencia es un derecho de nacimiento de los neoyorquinos, un símbolo pequeño pero imprescindible de su independencia y autosuficiencia". Esta es una de las tantas "perlas" que pueden leerse en Mata a tus ídolos, un libro que me atrajo por su punzante título, por ser una de las apuestas de la incipiente editorial Libros del KO y por el autor de esas reflexiones tan singulares sobre Nueva York, Luc Sante. Cronista de la Gran Manzana durante prácticamente toda su vida, este ser "preocupado" de origen belga muestra a través de cada uno de los ensayos de este libro su preocupación sobre la "muerte lenta" de "su" ciudad. Ciertamente, a medida que leemos nos damos cuenta de que esa gran urbe mitificada ha perdido una parte importante de su alma. No diría que estos escritos son fieras críticas malintencionadas e hirientes, más bien son confesiones personales de un narrador que ha visto cómo se esfumaba poco a poco esa identidad tan enigmática de una ciudad que, no lo olvidemos, todos hemos idolatrado a través de las películas cinematográficas o la literatura. Quizá ese haya sido nuestro error. Queramos o no reconocerlo, solemos padecer cierta ceguera hacia aquello por lo que sentimos admiración. En este sentido, Sante es un ser más racional y lo demuestra con sus incisivas declaraciones. Podría decirse que, incluso, este testigo directo de lo neoyorquino, es una especie de enviado cuya misión ha sido y es hacernos visible la propia destrucción de la cultura norteamericana, una cultura que se ha convertido en presa fácil de su propio modus vivendi, una "cultura en ruinas", como acertó en señalar Eduardo Lago en un artículo en el que analizaba esta misma obra.
A medida que avanzaban las páginas de esta, para mí, reveladora radiografía, recordaba con viveza unas palabras del crítico de arte Douglas Crimp con respecto a la obra de ese artista destructor que fue Gordon Matta-Clark. Crimp decía que "tanto el tema como el espacio del arte de Matta-Clark era la propia ciudad --Nueva York--, la ciudad experimentada simultáneamente como abandonada y utilizable, como dilapidada y hermosa, como pérdida y posibilidad". Y eso es lo que Sante creo transmite, esa paradójica realidad que se cierne de forma grotesca y constante sobre ese estado del bienestar, ese sueño americano que finalmente acaba idiotizando a la sociedad. Si miramos Nueva York a través de la mirada de Luc Sante vemos una ciudad descarnada y distante. Si miramos Nueva York a través de la mirada de Luc Sante, haríamos nuestra esa célebre cita de Terry Southern, "eres demasiado moderna, nena. Ya no te aguanto".

Comentarios

Esther ha dicho que…
Me ha gustado tu nueva entrada porque precisamente, casi casi seguro este año nos decidamos ir a Nueva York. Pasando por Chicago y Nueva Orleans. El mes de agosto. Quizá sea el peor mes del año, ya lo veremos. De todas maneras trato de no mitificar la ciudad, sin embargo me atraen mucho sus actividades, sus múltiples actividades como son los miles de garitos dedicados al jazz. En fin, hay que conocer la gran metrópolis aunque sea una vez en la vida. Y el gran postre será Nueva Orleans donde el jazz está en la calle, cercano, generoso, vitalista, humano... todo lo que se ha perdido en la Gran Manzana lo conserva Nueva Orleans. Me atrae mucho más N Orleans, lo humano y nada artificial me gusta.

En cuanto tenga los billetes comprados lo cuento en mi blog! j j j j j

Un gran beso.

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