La futilidad de todos los ensayos literarios (reseña literaria)

¿Qué es realidad y qué es ficción? Cuando uno se adentra en el universo mágico de Enrique Vila-Matas no existe una línea clara que defina cada cosa. Digamos, que nos vemos inmersos en un juego contínuo donde las palabras cobran una fuerza sobrenatural hasta alcanzar la excelencia. Con tal introducción, supongo, habrán deducido que soy un enamorado --o mejor dicho, un coleccionista sin reparo-- de su obra. Leo todo cuanto puedo leer de este autor que un día decidió convertirse en un escritor “extranjero”.
De Vila-Matas envidio muchas cosas, lo reconozco. Una de las más remarcables es su sabiduría literaria, entendiendo ésta como el cúmulo de saberes que ha adquirido en vida a lo largo de sus miles y miles de lecturas. Gracias a él he descubierto o redescubierto infinitos autores. A través de sus libros, en los que no deja de introducir --o eso es lo que parece-- citas, pasajes o cavilaciones de otros narradores y poetas, uno puede realizar un gratificante viaje por la historia de la literatura.
Cuando Vila-Matas publicó en 2010 Dublinesca vio la luz un diminuto escrito titulado Perder teorías (Seix Barral). Digamos, que esta obrita hacía la función de apéndice de su hermana mayor. Sin embargo, creo que en sus pocas páginas se esconde una ejemplificante reflexión sobre el estado de la literatura, de ‘su’ literatura y del futuro de la novela, de ‘su’ novela. A lo largo de esta peculiar meditación nos encontramos con un doble de Vila-Matas --he aquí, nuevamente, ese juego donde realidad y ficción pueden ser, o son, la misma cosa-- que viaja a la ciudad francesa de Lyon para debatir en un congreso sobre la novela. A su llegada, este escritor comprueba que nadie le espera, nadie se preocupa por él ni le da la bienvenida. Así, ante tal panorama de desolación, decide aislarse en su habitación. Allí, decidirá escribir una teoría general sobre la novela, llegando a identificar cinco elementos imprescindibles para escribir “la novela del futuro”. El doble “vila-matiano”, preocupado por cómo deberían ser los escritos del nuevo siglo, determina, finalmente, que debe volver a Barcelona para dar vida a su magistral teorización. No obstante, ya en el tren, descubre la futilidad de todo ensayo y de todo viaje, incluso la futilidad de todo. Acabará destruyendo su teoría y sentenciando que hay que “perder teorías”.

Comentarios

Entradas populares