Incongruencias varias, fallidas lecciones de moralidad (columna de opinión)

¿Qué decir? En ocasiones las palabras no bastan para expresar ese cúmulo de sensaciones vividas durante un año. Han habido contrariedades, incongruencias varias, fallidas lecciones de moralidad, ausencias notables de responsabilidad, chulerías. El 2012 ha dejado demasiadas malas noticias, para desgracia de todos. Se ha llorado, y mucho. Se ha odiado visceralmente. Poca fortuna la nuestra, seres de a pie que intentan por cualquier medio subsistir en un mar de tiburones hambrientos, de canallas. Sin embargo, no quisiera caer en el desaliento, en el pesimismo extremo, en el miedo. Ya lo decía el maestro Yoda: “el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento”. Siempre he tenido claro que sufrir no es lo mío, como imagino que tampoco es devoción de la mayoría. Es por eso que llevo años intentando buscar la fórmula para disfrutar de los placeres de la vida, una fórmula compuesta a base de literatura, música, arte y sentido del humor. Hace tiempo decidí dejar a un lado ese “hermetismo intelectual” del que hablaba José Ortega y Gasset en su ‘Rebelión de las masas’, una lectura que a más de uno le convendría volver a repasar. Ahí lo dejo.

Y si es tradición realizar algún que otro propósito por año nuevo, me gustaría imaginar un 2013 donde, por fin, la sensatez y cordura hagan acto de presencia, que ya toca.