La guía perfecta para diferenciar lo cursi (reseña literaria)

Existen libros que parecen esperar pacientes su momento. Éstos saben que no pueden ser leídos a determinadas edades, por esa misma razón, el incipiente lector no logra dar con ellos. Es una especie de juego maravilloso que bien podría definirse como madurez literaria. Y es que no se puede obviar que los gustos de cada cual mutan con el paso del tiempo. A medida que uno lee y relee sus inquietudes cambian, pues se fija nuevas metas. Del mismo modo, la mentalidad suele ampliar horizontes y se hace mucho más exigente, aunque de tanto en cuanto el lector busca y necesita de algún divertimento.
Cuando hace apenas un par de meses encontré en una librería La filocalia. O arte de distinguir a los cursis de los que no lo son, sentí una necesidad imperiosa de averiguar qué narices pretendía decir Francisco Silvela en este exquisito --ya lo avanzo-- y pequeño texto. Trama Editorial recuperó este opúsculo publicado en 1868 por el político y miembro de la Real Academia Española en colaboración con S. de Liniers. En el prólogo, Mario Merlino ya relata los posibles orígenes de la palabra 'cursi' y del interés de Silvela por descifrar esta especie de "raza alternativa".
¿Y qué es ser cursi? Eso lo averiguamos a medida que avanza la lectura hasta toparnos con la siguiente afirmación de Silvela: “El ser cursi es independiente de la posición, de la riqueza y hasta de la belleza natural de un sujeto”. Cargado con un sentido del humor sutil y preciso, digno de un hombre culto, el autor demuestra de forma magistral y con una total lucidez las trampas del exhibicionismo de los pedantes, el deseo de aparentar y el servilismo.
Aunque esta obra parezca una ridiculez, esconde tras de sí una profunda crítica por la sociedad de su época. Con una excelente retórica, y basándose en cierto modo en esa máxima de l’art pour l’art, el lector se encuentra frente a un libro que aparentemente es una distracción, un mero instrumento del placer, tanto visual como sentimental, un arte sin sentido esencial. Bien es cierto que no hace falta escribir siempre temáticas existenciales mediante lenguajes complicados. También se pueden escribir con gracia, humor, sarcasmo, ironía... claves de mi mundo irreal. Me reconforta tremendamente toparme con obras de esta índole, pues ayudan a ver el mundo con una amplia sonrisa, algo imprescindible.

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