Un arquetipo de la mísera opulencia (reseña literaria)

"Eres demasiado moderna, nena. Ya no te aguanto". Terry Southern es el autor de esta cínica frase que leí a través de otro escritor al que admiro como es Luc Sante. Tras el descaro de esas palabras, sentí necesidad de ahondar más en la narrativa de Southern. En ese afán, tuve oportunidad de leer A la rica marihuana y otros sabores (Anagrama), una selección de textos que tienen en común un salvaje sentido del humor, a pesar de hablar de temas serios como el mundo de la droga, la política exterior estadounidense, la CIA, el periodismo, la moral convencional o Franz Kafka. Disfruté todas y cada una de estas alocadas elucubraciones, obra de uno de los exponentes del llamado Nuevo Periodismo. Así, cuando Impedimenta publicó El cristiano mágico no dudé en hacerme con él. 
Puede que mis expectativas fueran demasiado altas, pues creí que las peripecias de Guy Grand, el protagonista de esta novela, me provocarían una carcajada tras otra. Y no es que pensara que la obra describiera una sucesión de situaciones estrambóticas, alocadas, casi surrealistas, sin un contenido moral intrínseco, pues si algo caracteriza el trabajo de Southern es, precisamente, la fiera ironía y el sarcasmo para plantear dilemas. Sin embargo, sentí que faltaba algo o bien cometí el error de pensar en la versión cinematográfica que en 1969 protagonizaran Peter Sellers y Ringo Starr. Craso error el mío, lo reconozco. Quizá por ello no escribiera antes sobre esta novela y lo haga ahora, tras un tiempo de reflexión que me ha permitido ver con mayor perspectiva el objetivo que se marcara Southern a través de las excentricidades de ese multimillonario que, pasaje a pasaje, intenta dejar claro que todos tenemos un precio. Con ese objetivo en mente, Guy Grand hace uso de una parte de su fortuna personal para ridiculizar al ser humano de las formas más increíbles que a uno se le puedan ocurrir. 
Southern deja claro en esta obra lo que muchos pensamos, que el dinero corrompe y que nuestra condición humana, en ocasiones, poco tiene de humana. El cristiano mágico dibuja un retrato de lo míseros y viles que podemos llegar a ser para sentirnos poderosos. En otras palabras, consigue hacer un retrato de esa doble moral, de la hipocresía y la necedad que muchos personajes con ínfulas poseen, esos patéticos derrochadores que se creen intocables por el mero hecho de amasar dinero. Bien por Terry Southern, valiente hasta el final. 

Comentarios

Entradas populares