La precisión narrativa e imaginativa de Berti (reseña literaria)

José Ángel Valente dijo una vez: "No se trata de que la obra sea breve o larga. No importa escribir poco o mucho. Importa tener la gracia o el don de la abundancia justa". Esta afirmación es una de las predilectas de Fernando Valls. El profesor de Literatura Contemporánea Española y crítico es uno de los mayores expertos en microrrelato del país. ¿Y qué es el microrrelato o género brevísimo o microficción? Valls dice que es un "arte de precisión y síntesis en el que reina la elipsis" y que "es un texto que relata una historia que solo puedo desarrollarse en esa mínima dimensión". Precisión y síntesis, mínima dimensión... 
Una vez leído La vida imposible (Páginas de Espuma), uno se da cuenta de que Eduardo Berti --su autor-- tiene la gracia y el don --volviendo a Valente-- para narrar historias que describan una realidad "imaginada", una realidad impregnada de fantasía. En total, uno puede leer aquí más de 90 textos que no responden a un único patrón, que gozan de un humor elegante y sutil y en los que también descubrimos cierta ironía y absurdo. 
Sinceramente, es un auténtico placer adentrarse en este singular periplo narrativo que reedita Páginas de Espuma sumándole un nuevo apartado: Ramonerías --guiño que Berti hace a las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna--. Y, aunque comprendes que en su brevedad radica la gracia y también valoras la precisión y el dominio de una técnica portentosa, a veces quisieras que la historia que Berti te está relatando siguiera su curso, pues te engancha y necesitas más y más. Algo así ocurre con textos como Los sueños de mi hermano, donde narra la vida de un hombre que vive exactamente cada jornada de su vida por duplicado; o Cinco hombres, cuyos protagonistas son un hombre que cambia cada diez años de idioma, otro que habla una lengua insólita, un tercero que no tiene lengua materna, el cuarto prefiere hablar todas las lenguas que no comprende y por último un hombre que, a punto de morir, no quiere dejar este mundo sin haber pronunciado todas las palabras del diccionario; o Artificios, donde somos partícipes de la "broma" de un tipo que acude a librerías para preguntar por libros cuyos títulos inventa en el momento; o Las palabras por venir, en el que aparece un libro cuyas palabras no han sido vistas nunca en ninguna parte, en ningún lugar. 
Este compendio de microrrelatos resulta ocurrente, enérgico, placentero por la capacidad de Berti de imaginar libremente. 

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