Esos silencios que llevan a la fatalidad (reseña literaria)

Silencios, palabras quebradas, sueños rotos, secretos, omisiones... Los miembros de una familia pueden ser unos desconocidos entre sí. Todos tenemos una parte oculta, ese algo que nos avergüenza, ese algo que nos impide descansar, un eco palpable que agoniza porque somos incapaces de sincerarnos, pues tememos decepcionar al otro, a los otros.
Dicen que Laurent Mauvignier es uno de los autores franceses más importantes de la actualidad. Sentí una atracción inmediata al ver que Cabaret Voltaire publicaba aquí en España su obra Lejos de ellos. Su lectura no me resultó fácil. En primer lugar, porque su planteamiento me pilló de improviso. Mauvignier ofrece una narración a través de varias voces. La historia que lees son en realidad diversas historias, versiones de un mismo hecho, de una misma sensación. Tardé en reconocer esa pluralidad, aunque a medida que me adentraba en su(s) lectura(s) fui atrapado, arrastrado, noqueado por ella(s). 
En Lejos de ellos se habla de la familia, de su complejidad y de sus infortunios. Un padre, una madre, un hijo. Unos tíos, una prima. Todos le hablan al lector, pero callan entre ellos. Existe un mutismo que resulta irremediable, incluso en los momentos de tragedia. Mauvignier intenta, a raíz de la muerte provocada del hijo, retratar la intimidad de ese núcleo de personas que no supo o no pudo o no quiso adivinar tal infortunio. 
Sollozos ahogados, huecos emocionales y la culpa, la eterna culpa. De entre todas las confesiones, de entre todas las voces que Mauvignier teje de forma magistral, las del hijo, el suicida, y el padre, quizá sean las de mayor fuerza porque en ellos ese distanciamiento, esa desgracia de la incomunicación se hace más evidente. Ambos sufren, siempre enmudeciendo, hasta el punto de crear un clima turbulento, una tensión irrefrenable. Y es que ambos quieren hablar, hablarse el uno al otro, pero no saben cómo. Hay, por tanto, una obsesión que en lugar de acercarlos los aleja cada vez más, y llega la muerte, y todo se desmorona, y el llanto emerge, ese llanto que te rompe desde dentro. Toda esa congoja, ese dolor extremo te invade y comienzas a preguntarte cómo es posible que la intimidad de una familia se despedace de ese modo, por qué motivo. 
Esta es la crónica de una muerte, o mejor, la constatación de una muerte: la de la vida en familia. Mauvignier hace evidentes las verdades que nunca fueron pronunciadas y que, finalmente, te matan por dentro. 

Comentarios

Me encanta, mi querido Iletrado.
Eric GC ha dicho que…
Aissssssss!
La acabo de terminar. Brutal. Me ha dejado sin aliento.
Eric GC ha dicho que…
Y es que deja sin aliento.

Entradas populares