Retratos de ausencia, historias emocionales (reseña literaria)

"Nadie entendía que ella no había huido de nada, que más bien había salido en busca de algo". Este es un pequeño fragmento del relato En el bosque, uno de los diez que componen el libro A espaldas del lago (Acantilado), de Peter Stamm. Transcribo esta fracción porque creo que en ella reside gran parte de la esencia de este libro, lo que da cohesión a todos los textos: la ausencia.
Anja, la joven protagonista de ese relato, decide vivir en la espesura durante tres años, alejada de todo, carente de algo. Luego torna a "la civilización", se casa, tiene hijos, pero algo en ella la sigue inquietando. En El día de los lirones, otro joven decide convertirse en agricultor y llevar una vida tranquila. No obstante, su sosiego se verá truncado con el montaje de un festival en los terrenos colindantes a su parcela. De nuevo, Stamm juega con el abandono, en este caso, de la rutina, del orden. Algo semblante le ocurre a la protagonista de El último romántico, una profesora de piano que se ve privada de su mejor alumno y que busca desesperadamente encontrar un por qué, trastornando, de algún modo, esa estabilidad emocional y, por ende, vital de su existencia.
En ocasiones, Stamm va más allá, jugando con un sentimiento más descarnado y profundo, como en La maleta, donde somos testigos del dolor de un hombre cuya mujer, cercana a la muerte, permanece interna en un hospital. Sin saber qué hacer ni a dónde ir, arrastra una maleta con todas las pertenencias ya inútiles de su esposa de acá para allá. De nuevo, la ausencia, el sinsentido de una vida sencilla en apariencia que parece truncarse ante nuestra mirada atónita, casi infantil.
Todos y cada uno de los personajes de estos diez relatos parecen estar condenados a un tipo de destierro, a una especie de vacío existencial, a una incesante búsqueda de ese algo que les permita sentirse completos. Me resulta extraordinario el hecho de poder captar todos esos sentimientos y emociones de forma tan breve. Stamm parece tener un don para controlar el tempo de cada historia, de cada una de las vidas que recrea con una sensibilidad inusitada. Son escenas cotidianas, la mayoría, pero que nada tienen de comunes por su forma de narrar. Dicho de otro modo, Stamm transforma lo banal en algo que nos resulta trascendente, al igual que un genio del relato breve llamado Raymond Carver. Intensos y talentosos estos relatos, sin duda alguna.

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