La historia de dos almas extrañas que sobreviven (reseña literaria)

Escribir sobre un libro que se editó en 2010 resulta pertinente teniendo en cuenta que es de un autor que este mismo año ha publicado una de las mejores novelas españolas del presente curso, según el criterio de personas de las que me fío totalmente. Con Los libros repentinos (Seix Barral), Pablo Gutiérrez ha vuelto a la palestra tras una anterior novela un pelín más floja --Democracia--. 
Gutiérrez se convirtió en uno de los autores más prometedores del país gracias a Nada es crucial (Lengua de Trapo). De la noche a la mañana recibió el Premio Ojo Crítico de Narrativa de RNE, fue incluido en la prestigiosa lista de la revista Granta como uno de los mejores 22 narradores menores de 35 años en español y, lo que es más importante, dejó su impronta en la historia de nuestra literatura. 
Si les soy sincero, nunca antes había leído nada parecido a Nada es crucial. No al menos en castellano original. El escritor onubense logra dar forma a un artefacto literario en su sentido más estructural, mezclando la novela con el guión cinematográfico, disponiendo varios fragmentos en verso libre o inventando casi un lenguaje propio. Es esta una obra sumamente original que deja perplejo al lector desde el primer instante, pues uno no se espera esa "arquitectura" narrativa. Y este es un dato a tener en cuenta, por no decir que es lo que hace de esta obra algo fuera de lo común en la novela contemporánea española, ya que el argumento en sí no deja de ser el típico chico conoce a chica y se enamoran y todo se desmorona pero ellos sobreviven a todo infortunio y son felices y comen perdices. 
Lecu y Magui son los protagonistas de esta historia en la que somos testigos de su dura infancia en el extrarradio de una ciudad imaginaria pero muy real de la década de los 80. Lecu, hijo de yonquis, "adoptado" por una familia de neocristianos. Magui, hija de un padre que resulta ser homosexual y de una madre deprimida. Ambos son supervivientes de una época convulsa, de familias desestructuradas y criterios poco ortodoxos. Ambos logran esquivar todas y cada una de las afrentas que se les presenta y se hacen mayores y se encuentran y se aman, aun siendo conscientes de que la vida les es amarga. Original es, probablemente quedarse corto. La escritura de Gutiérrez es otra cosa. 

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