Un análisis de la literatura como engaño y deserción (reseña literaria)

Puede que mi carácter, un tanto incrédulo y bastante inquieto, dirija de forma inconsciente mis lecturas. De algún modo que no alcanzo a comprender me encuentro a la búsqueda de libros que versan sobre lo irreal, el disimulo, la artificiosa realidad que nos venden como lo normal... Así, casi sin esperarlo, me adentro en un compendio de textos críticos de Giorgio Manganelli, La literatura como mentira (Dioptrías), y me doy cuenta de que el pensador y crítico italiano cree firmemente en que no hay literatura sin deserción, sin engaño. Y digo: me interesa. Claro que me interesa. 

Toda literatura, sea oral o escrita, es un invento, una creación. "Las mentiras del poeta son las verdades. Y lo otro, lo de todos los días, que son verdades, es mentira", decía Octavio Paz. Sobre la página todo ocurre, puede ocurrir. Y es ese juego el que fascina al buen lector, pues nos encanta desenmascarar las cosas, desmenuzarlas para comprender esos cómo y por qué de la vida. Manganelli, reflexiona sobre la naturaleza de lo literario, y lo hace desde un punto cínico, provocador, opinando sobre algunas obras de autores de la talla de Dickens, Stevenson, Hoffmann, Beckett, Nabokov, Yeats, Compton-Burnett, Lovecraft, Abbott...

Dicen que el crítico es un lector, pero un lector más alerta y más "total". Dicen, también, que el crítico es un lector de sensibilidad más aguda. Si esto es así, Manganelli demuestra que es un buen crítico, un crítico concienzudo que ve en el propio lenguaje el mayor de los artificios. "Solo la violencia y el vértigo pueden quebrar el malsano hábito del lenguaje", podemos leer en uno de sus textos. El italiano se llega a preguntar incluso si cada lenguaje es un "sistema de locuras coherentes, una delirante estructuración de la nada", y por si fuera poco lo tilda de "la grave milicia de la sociedad". Él ve trampas, explora los terrenos fronterizos del engaño que es la literatura en sí misma, y nos instruye al respecto, ofreciendo argumentos vetustos y razonables, de manera explícita. 

La lectura de este libro de no ficción que trata sobre la ficción resulta enriquecedora desde cualquier punto de vista. Es, sin duda, una de esas lecturas a las que acudir para poderle exprimir todo su jugo de sapiencia y pensamiento.