El pensamiento como un acto para la liberación (opinión)

Leyendo a Gregor von Rezzori, uno de los autores en lengua alemana más importantes de la pasada centuria aunque curiosamente poco conocido, uno no puede más que enloquecer de pura alegría. Me explico. Libros como Edipo en Stalingrado (Sexto Piso), considerada como una de sus grandes obras, requieren una atención total y absoluta. El lector no puede ni debe despistarse porque todo en estas páginas destila genialidad. 

El libro es raro en cuanto a estilo y forma, es original, incluso diría que avanzado a su tiempo. Uno reconoce en Rezzori la figura de un mago, de un artista sobresaliente que es capaz de ofrecer en una misma obra claves estéticas, morales y filosóficas sobre el auge del nacionalsocialismo. El vaivén emocional que vive su protagonista, un a veces ridículo barón Von Yassilkovsky, resulta exquisito, divertido, pero no por ello exento de profundas reflexiones. De hecho, uno lee citas como esta: "Pensar es un acto de desesperación". Y es esta frase la que me sume ahora en cierta pesadumbre al recordar cuántos seres humanos han cometido actos desesperados en situaciones desesperadas. La vida puede resultar un duro golpe, una tortura. El ser humano es capaz de descender a los horrores del inframundo y cometer las atrocidades más abominables; protagoniza actos de los que más tarde todos nos arrepentimos, pues todos somos, al fin y al cabo, responsables. Y creo que pensar no debería ser un acto de desesperación, si no, más bien, un acto de liberación.