Debemos acostumbrarnos a la vida, o intentarlo al menos (opinión)

En Memorias del subsuelo (Sexto Piso), Fiódor Dostoievski asegura que el hombre «es necio, fenomenalmente necio, o, por mejor decir, no es tonto del todo; pero sí tan ingrato que no tiene igual en toda la creación.» En esta novela el autor ruso presenta a un anti-héroe, un personaje huraño, malcarado, enfadado constantemente con el mundo, inseguro. No obstante, ese malhumorado ser ofrece afirmaciones que valen su peso en oro, como la ya mencionada. El ser humano dicen que es el único ser que tropieza no una ni dos veces con la misma piedra, sino las que hagan falta. En otras palabras, no aprendemos de nuestros errores. Yo mismo no aprendo de ellos, me dejo llevar por la nostalgia muy a menudo, lo cual resulta gratificante en ciertos aspectos o verdaderamente triste y desolador en otros. Tiendo a pensar en aquello de que «cualquier tiempo pasado fue mejor», y eso me lastra, pues esa añoranza suele convertirse en una pesada ancla que no me deja avanzar. Diríase que, en cierto modo, tengo miedo al futuro, a la incertidumbre del futuro más bien. Y esto mismo les pasa a muchos, sobre todo a la hora de ejercer su derecho a voto. Pensamos siempre en lo de «más vale viejo conocido que...» y eso, al final, impide contemplar otras opciones que, aunque arriesgadas, quizá sean precisas para forjar un verdadero cambio social, político y cultural. Pienso, como Dostoievski, que «hemos perdido la costumbre de la vida; todos, quién más, quién menos, cojeamos.» Es hora de vivir, ¿no? 

Comentarios

Entradas populares