Una obra sobre el sacrificio y la impostura social (reseña)

En el filme Notting Hill Julia Roberts interpreta a la actriz más perseguida por los medios y más cotizada del momento. Cobra cerca de 20 millones de dólares por película, pero no es feliz y su carrera, tal y como ella observa, se dirige hacia un trabajo poco sustancial, carente de pasión. En otras palabras, una autómata al servicio de la industria. Será Hugh Grant, el librero despistado y algo torpe, su enamorado, quien le asegure que se vería magnífica interpretando cualquier personaje de Henry James. Y es que no hay nadie como James para analizar con exquisitez y precisión esa humanidad en la que siempre aparece una causa noble o una figura que no sigue exactamente las reglas del juego. De ahí que no me sorprendan, dejando a un lado la relación que ambos mantuvieron y de la cual poco se sabe, los elogios que dedica a la novela de Constance Fenimore Woolson Por el bien del comandante (Ardicia).

Si la actriz encarnada por Julia Roberts en la película de Roger Michell se deleita interpretando a Henry James, estoy convencido de que algo similar sucedería si hiciera lo propio con la, para mí, total y absoluta protagonista de esta novela que encarna fielmente a una facción de la sociedad norteamericana decimonónica; me refiero a la mujer del comandante Carroll —su segunda esposa, dato relevante este en la historia—, esa mujer de pasado nebuloso que se erige en la perfecta anfitriona, en la fiel compañera de su marido, en la imagen de la excelencia y ejemplo de rectitud moral. Fenimore Woolson, haciéndose valer de esos diálogos arquetípicos de la sociedad pequeñoburguesa donde todo son modales y cortesía, ofrece poco a poco el retrato de una mujer en constante lucha con el mundo que le rodea y consigo misma, pues no quiere aparecer ante los demás como una impostora o alguien de dudosa moral en la pequeña comunidad de Far Edgerley. En este mundo lo único que importa son las apariencias, no lo olvidemos. Así, con el regreso de la hija mayor del comandante y la llegada al pueblo de un joven músico, su rutina se ve alterada hasta el punto de hacer peligrar el sosiego del hogar.

Por el bien del comandante es la historia de un secreto que poco a poco se revela y que puede hacer peligrar esa vida que con esfuerzo Madam Carroll ha construido. Fenimore Woolson teje una obra sobre el sacrificio y la impostura notable.

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