La conmoción de llegar a ser glorificado, de ser un mito (reseña)

¿Qué puede uno esperar de la vida? ¿Qué sentido tiene esa vida? ¿Hay algo más? Para muchos ser recordado es su principal preocupación, alcanzar la fama, llegar a ser inmortal. Algunos trabajan toda su existencia para lograr tal objetivo, pelean incluso por ello, venden su alma al mismísimo diablo por ello. Otros, por el contrario, obtienen la gloria sin pretenderlo siquiera. Son estos, los que no se propusieron tal notoriedad pero la encontraron, un grupo digno de análisis, pues cada uno de sus miembros procede de formas bien distintas ante ese éxito inesperado. Unos se sentirán abrumados, se mostrarán incrédulos. Otros, por el contrario, explotarán esa ventura en beneficio propio, creyéndose algo que muy probablemente no son. La fama nos vuelve a todos un poco locos, es así.

En el mes de agosto de 1905 partía de Auckland, Nueva Zelanda, un barco hacia las islas británicas, un navío cuya tripulación estaba formada, en parte, por el equipo nacional de rugby neozelandés, un conjunto formado por zapateros, herreros, agricultores, mineros, un empleado de banca, un carpintero... personas de oficios normales, personas anónimas que simplemente practicaban un deporte que amaban, personas cuyas hazañas sobre el terreno de juego les convirtieron en mito. ¿Cómo se enfrentaron a ello?

El libro de la fama (Gallo Nero), de Lloyd Jones, es mucho más que un simple relato de los triunfos apabullantes de una selección que rompió todos los esquemas y batió todos los récords del rugby de su época. Esta historia, que entremezcla la crónica y la ficción, es en cierto modo el retrato de una extrañeza, de la conmoción de ser vitoreado fuera del campo, de ser reconocido y glorificado, y es una historia que se apodera del lector, una historia escrita de una forma con la que es imposible no conmoverse, del mismo modo que es imposible no disfrutar y enamorarse de un deporte que a día de hoy conserva parte de su nobleza, ese código de honor en el que siempre se debe mostrar respeto por el rival, un deporte que es pura pasión y fuerza, aunque también destreza y técnica.

Ese salto vertiginoso de la nada hacia el todo, las dudas que ese mismo salto provocan, los remordimientos incluso, todo está descrito aquí impregnado de esa nostalgia propia de la épica. Esta expedición en misión deportiva por las islas británicas, Francia y los Estados Unidos, está narrada con gracia, con un lenguaje que a veces se adentra en lo poético y que juega, también, con la perplejidad de unos hechos que conmocionaron de tal modo a los presentes que cada uno de los enfrentamientos de los célebres All Blacks reinaba al día siguiente en las páginas de los diarios más importantes —algo que los propios jugadores, tal y como lo describe/ficciona Jones, no terminan de entender, tal es su modestia, su humildad—. 

El libro de la fama es uno de esos libros que se leen con verdadero placer. 

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