Las pelis de mi vida: "El Jovencito Frankenstein"
Recuerdo cuando era joven (es decir, hará unos... 2 días y medio) que una película dirigida por un tal Mel Brooks provocaba en toda mi familia una especie de movimiento bucal extraño llamado carcajada o risa incontrolada. El Jovencito Frankenstein fue una de las razonas por las que mi sentido del humor es el que es y no otro cualquiera, como por ejemplo el de mis vecinos del quinto que son cristianos ultraortodoxos y expertos en filatelia siberiana del siglo XIX. Mi hermana y yo solíamos hacer breves interpretaciones teatrales en casa, basadas en alguno de los fragmentos de este maravilloso filme. Las interpretaciones de Gene Wilder y Peter Boyle perdurarán en la historia de la cinematografía. Sin embargo, debemos destacar por encima del resto al genial Marty Feldman, aunque para mí siempre será Igor y no otro. Escenas con un guión cómico que roza un absurdo maravilloso; el blanco y negro; esos doblajes de los actores españoles de la época tan característico; y sobre todo, mi family, que al fin y al cabo son los causantes de que un niño de unos 6, 7 u 8 años (no recuerdo bien, ya que mis células grises me van abandonando por una serie de casitas a buen precio en Polaris World) se aficionara a estas pelis. Os dejo con uno de los mejores e inigualables momentos, que tantas veces he reinterpretado.
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