Antoni Tàpies: un artista que siempre fue fiel a sí mismo (columna de opinión)

Antoni Tàpies fotografiado por Ferràn Andreu

"Antoni Tàpies es, sin duda, la figura más prominente del arte español de la segunda mitad de siglo XX". Así comenzaba su particular reflexión el director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, un día después de la muerte del artista catalán. El burrianense sabe lo que se dice. No solo es una de las grandes mentes pensantes en esto del arte contemporáneo, sino que su amistad con el propio Tàpies era por todos conocida --cabe recordar que dirigió su fundación desde su nacimiento en 1990 hasta el 1998--. La desaparición del pintor catalán nos deja, por decirlo así, un tanto huérfanos. Si algo caracterizó a Tàpies fue su convicción por hacer realmente lo que quería hacer. Su particular investigación estética le llevó a no dejarse influenciar por cualquier moda. Tàpies no respondía a "ningún canon", como remarca Borja-Villel. Ser consciente de que tu personalidad va más allá de las habladurías y ataduras propias de un mercado tan complejo como es el artístico, creo que le conceden a uno un poder superior. Tàpies era Tàpies y no otro, nunca lo fue. Ser fiel a uno mismo digan lo que digan, hagan lo que hagan. Eso es digno de alabanza. Aquí en Castellón tenemos la oportunidad de adentrarnos un poco más en su mundo particular gracias al Museu d’Art Contemporani de Vilafamés, donde tiene obra expuesta, y dentro de poco en la sala burrianense Aitana. Vale la pena ver su interpretación de la vida.