ARCO mantiene el pulso (artículo de prensa)

 Detalle de la obra 'Avenç...', de Mar Arza. La foto es mía

Son muchos los que consideran que el mundo del arte debe reiniciarse. Según dicen, se ha perdido el control y eso lleva a la confusión. Toda esa algarabía conceptual que deambula desde los tiempos de Duchamp ha inducido al arte a un estado de fragilidad que provoca una desconfianza en torno al artista, galerías, museos y centros de arte. Existen grandes y numerosos enemigos del llamado arte contemporáneo. Personas reticentes, que no creen en la significación de una obra. Allá ellos. Quieran o no, el arte traspasó la frontera de lo puramente estético hace ya mucho; eso es una evidencia. En este sentido, siempre queda aquello de “reformularse”. Con esto no digo que abandonemos la gracia y deleite de contemplar una obra clásica --entendiendo como clásico los periodos anteriores al siglo XIX--. El arte figurativo siempre despierta admiración, no nos engañemos. No obstante, sabiendo que los derroteros del arte actual son otros y van dirigidos a despertar la conciencia del espectador, el que guste de estos formalismos debe renovar su mirada asistiendo a esas citas puntuales como ARCOMadrid. La feria madrileña es parada obligatoria en nuestro país para conocer algunos de los nuevos “valores” del arte internacional, así como punto de encuentro para coleccionistas y curiosos --uno de los cuales, fuimos nosostros--.
Como cada año desde que comenzara mi particular andadura en la práctica periodística, viajé a la capital para ser testigo de esas renovadas directrices artísticas y observar las propuestas que desde Castellón se realizan al resto del mundo. La polémica y denuncias por parte de la Fundación Nacional Francisco Franco --por esa obra escultórica de Eugenio Merino en la que vemos a Franco en el interior de una nevera de refrescos-- y la artista Elena Asins --porque una galería vendió obra suya sin permiso previo-- han marcado la cita de este año que, según los expertos, cerró sus puertas “con optimismo”.
Es sabido que ARCO ha vivido momentos de convulsión, siendo duramente castigada por galeristas y espectadores por la mala gestión que llevó a cabo su anterior directora, Lourdes Fernández. Tras su dimisión en 2010 todos temían que la cita madrileña quedara en el olvido. No obstante, la labor de Carlos Urroz ha lograzo revitalizar este encuentro en tan solo un par de años gracias a un terrible esfuerzo. La situación del mercado no acompaña y difícilmente se pueden realizar malabarismos en este sentido. Sabedor de esta coyuntura, Urroz decidió racionalizar las invitaciones a galerías. Dicho de otro modo, tan solo estarán presentes en ARCO las mejores. Y, entre ellas, se encuentra, cómo no, la castellonense Cànem.

nuestros representantes
No es gratuito decir que las obras expuestas en el espacio de Cànem fueran de una calidad extraordinaria. La delicadeza de Mar Arza --la artista castellonense fue la destacada por la galería en la presente edición-- siempre es digna de las mayores alabanzas. Observando a los observadores me di cuenta de que la obra de Arza atrae a propios y extraños por su fuerte apuesta visual, por ese juego donde tiempo y lenguaje se abrazan y crean una obra sutil, estéticamente bellísima y pura. Reconozco ser un enamorado de sus series Avenç..., Femme couteau o Libro de Ahoras.... Pilar Beltrán también conquistó a los espectadores con ese viaje fotográfico realizado en tren desde Castellón a Valencia. El proyecto Cercanías es original y fresco, con un soporte innovador que dista mucho de ser convencional. El resto de artistas presentes en el estand de Cànem fueron Pepa L. Poquet, Isidre Manils, José Antonio Orts y la también castellonense Geles Mit. Todas sus obras completaron perfectamente las propuestas de Arza y Beltrán, ofreciendo al público la posibilidad de disfrutar de un espacio cohesionado, con criterio y muy acertado. Como siempre, Cànem no defrauda, más bien todo lo contrario, llega a emocionar.
La presencia castellonense en ARCO se completó con el fotógrafo vila-realense Pascual Arnal, al que considero amigo y un profesional de primer nivel, además de uno de esos seres preocupados en comprender el arte en toda su extensión. Arnal estuvo presente exponiendo algunas obras de su colección Les ocasions retrobades en la galería Rosa Santos.

a tener en cuenta
Si algo ha caracterizado a la edición de este año, además del hecho de que cada galería destacara a uno de sus artistas y de la presencia de Holanda como país invitado, es la incipiente apuesta por los jóvenes valores. Cada vez son más los espacios artísticos que ven en aquellos creadores que destilan futuro la clave para rentabilizar sus cuentas. Normalmente, y eso es algo comprensible, siempre se ha tendido a exponer a esos consagrados artistas sinónimo de venta asegurada. Esta acción procuró cierto desinterés por parte de algunos grandes coleccionistas cansados de observar un mismo discurso y también el aburrimiento de parte del público. Así, al parecer, y siguiendo el modelo del que ya se considera referente ferial artístico por excelencia, ArtBasel, se está abriendo una nueva vía donde el atrevimiento no falto de calidad cobra mayor protagonismo. Una buena noticia para nosotros, puesto que aquí en Castellón existe un importante poso de artistas jóvenes que merecen un hueco en ese entramado complejo del mercado del arte.
En definitiva, vistas las cifras de espectadores, ventas y demás, se puede decir que ARCO mantiene el pulso. Por mi parte, además de apoyar a Cànem en estas lides, resulta un placer poder ver a gente tan variopinta y obras de artistas que me encantan como Sean Scully, Gunther Förg o Jaume Plensa, por citar algunos nombres que despiertan mi interés artístico.

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