Ilustrada y deliciosa declaración de amor (reseña literaria)

Está bien, está bien. Lo reconozco. Soy un confeso admirador de Nueva York sin haberla visto nunca in situ, sin haber paseado por sus calles, sin tener la posibilidad de comprobar aquello que Tom Wolfe dijo con respecto a la ciudad “la cultura parece simplemente estar en el aire, como una parte del clima”. Nueva York fue el epicentro del jazz en los años 40, del expresionismo abstracto en los 50... Sé lo que estarán pensando: ¡Menudo charlatán! No les llevaré la contraria. Pero no lo puedo remediar. Han sido tantos los libros y las películas ambientadas en la Gran Manzana que uno ha leído y visto, que cree conocer los entresijos de esa enigmática ciudad. Aún así, no sé muy bien porqué, siempre necesito ahondar más, conocer más, gozar más, en definitiva. Por eso, cuando vi que la editorial Sexto Piso publicaba Diario de Nueva York, de Peter Kuper, los ojos “me hicieron chiribitas”.
Más de 30 años son los que ha pasado Kuper en la ciudad de los rascacielos. Tiempo suficiente para conocer toda su idiosincrasia. Espacio de contrastes, de infinitas luces brillantes y personajes variopintos, el autor de esta obra ofrece aquí su particular visión. ¿Y qué particularidad puede tener eso? Además de ser una crónica distinta a las que solemos leer por su privacidad, Diario de Nueva York es un recorrido ilustrado. Y es que Kuper, para aquellos que no lo sepan, es uno de los dibujantes ‘underground’ más reconocidos en los EEUU. Con su singular modo de relatar sus vivencias y dibujarlas, esta obra simboliza una declaración de amor por “su” ciudad. Times Square, Central Park, el puente de Brooklyn, Broadway... Todo está plasmado aquí de forma genial, gracias al gran poder de observación del propio Kuper. Además de ilustrar edificios y lugares emblemáticos, otra particularidad que hacen de Diario de Nueva York algo tan atractivo es su mirada hacia las emociones y sentimientos de la humanidad que habita en las calles. Kuper ofrece trazos que inciden en esos secretos y pasiones que guarda Nueva York.
Esta es, sin duda, una obra deliciosa que entremezcla la acuarela con el sombreado a lápiz, entintado, dibujo con colores, recortes de periódicos, fotos... “Diario de Nueva York es un retrato de esta ciudad que adoro, tanto por su oscuridad como por su luz...”, dice el propio Kuper. Ciertamente, a través de sus dibujos somos testigos de esas disparidades que hacen de Nueva York un lugar único, una ciudad con mayúsculas.

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