Maravillosos reencuentros, amistades de toda una vida (columna de opinión)

"Se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida”, versaba Mario Benedetti. ¡Cuánta razón tenía! Los reencuentros, fortuitos o premeditados, suelen depararnos una explosión de sentimientos encontrados. No somos conscientes de lo vulnerables que podemos llegar a ser en esos instantes en los que vemos, una vez más, a aquellos amigos que viraron su rumbo alejándose irremediablemente de nuestro lado. No obstante, los recuerdos perviven --si son buenos, como es obvio, con mayor intensidad--. La historia de cada uno la escribimos día a día. No soy la misma persona que fuera ayer ni tampoco la que seré mañana. El proceso biológico no se detiene ante nada. Ese es parte del juego de la vida. Y en ese juego compartimos espacios, miradas, risas y sonrisas, confidencias, sueños y realidades.
Hacía cinco años que no veía a ciertas personas. Personas que forman una parte vital de mi particular historia. Puede que los dioses quisieran que nuestros caminos volvieran a cruzarse. Puede que los astros se alinearan para disfrutar de esa hora de más con ellas. Puede que todos seamos almas perdidas que buscan consuelo. Puede que el azar, el destino o como quieran llamarlo, decida nuestra suerte y nos permita mantener ese vínculo. Ni lo sé, ni creo que me importe. Si les soy sincero, solo me importa saber que esas amistades siempre estarán ahí. Y de eso, estoy seguro. Reconozco que en este sentido, soy un privilegiado.

Comentarios

Ruby Fernández ha dicho que…
Este tipo de privilegos son los que me encantan y creo que puedo decir bien fuerte que yo también lo soy!
Eric GC ha dicho que…
Oh, yeah!

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