La cara más sensible del periodismo actual (reseña literaria)

Una vez le pregunté a Leila Guerriero cuál era su método de investigación para dar forma a un reportaje. Recuerdo que le dije: "¿Cómo buscas las fuentes para infomarte y exprimir todo su jugo? ¿Cómo te ganas su confianza?". Ella me contestó: "El punto es que, antes que nada, no se trata de buscar fuentes, sino de hablar con personas, y no se trata de exprimir para sacar todo el jugo sino de interesarse sinceramente por la vida y la historia del otro". Esas palabras causaron en mí gran impacto, me aportaron claridad para afrontar el reto de crear una buena crónica periodística, un reportaje humano, de interés social. Guerriero es una experta en ello, una de las mejores cronistas latinoamericanas de la actualidad, una narradora impresionante.
"Para que alguien te cuente su historia con generosidad debe haber un pacto de confianza. Esa confianza se gana permaneciendo mucho tiempo con la gente, demostrándole al otro que estás genuinamente interesado en su vida, que no sos alguien que se instalará con su grabadora en su casa o su oficina durante media hora o quince minutos y luego desaparecerá de su vida para siempre, sino alguien que estará allí un día, y otro, y otro más, con paciencia, con interés, con la sincera intención de comprender su mundo", me confesó. Y no podría tener más razón. La paciencia en el ámbito del periodismo parece ser un fantasma del pasado. La inmediatez lo es todo y eso provoca la pérdida generalizada del factor humano en el cuerpo de la noticia. Todo son números, estadísticas, publicidad encubierta y noticias programadas.
Cuando leí por primera vez una crónica firmada por la argentina Leila Guerriero me di cuenta de que no todo estaba perdido, que aún existen profesionales comprometidos, que miman sus historias. Juan José Millás dice que "leer sus crónicas es como leer el mundo". Yo añadiría que es, también, comprenderlo y compadecerlo, quererlo. Frutos extraños, que publicó Alfaguara a finales del 2012, es la primera antología que se publica en España de sus crónicas periodísticas. Es, sin duda, la gran oportunidad para gozar con los relatos de una autora que brilla cual estrella fugaz por su honestidad. Este libro nos descubre la cara más sensible, vigorosa y palpitante de una profesión que atraviesa tiempos difíciles, y obra el milagro de hacernos creer de nuevo en el periodismo.

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