Un viaje a través del dolor, un homenaje (reseña literaria)


Corría el año 1975. Una joven descarada con una energía desbordante llamada Patti Smith se convertiría en un icono. Horses, que así se titubala su álbum de debut, supuso un antes y un después en la escena punk-rock y canciones como esa versión eléctrica del Gloria, de Van Morrison, o Birdland, que me noquea siempre que la escucho, se volverían himnos de toda una generación. La fotografía de la portada del álbum, donde vemos a una Patti Smith despreocupada, sin complejos, fue hecha por Robert Mapplethorpe. Esa imagen es una de las más reconocidas y emblemáticas de la historia reciente de la música.
La figura de Smith siempre me ha resultado hipnotizante por su vertiente intelectual. Nunca ha sido una estrella del rock al uso. Sus letras introdujeron la poesía francesa del siglo XIX --como Rimbaud, al que admiraba profundamente-- a la juventud norteamericana, mientras que su imagen andrógina y poco femenina desafió a la era de la música disco.  Poesía y literatura, jazz, fotografía y arte... Patti Smith siempre se ha mostrado fiel a sí misma, sin importarle lo más mínimo el qué dirán. 
Atrevida, concienciada con el mundo que le rodea, sus letras son poemas contra la injusticia, cantos a la vida, reflexiones sobre la condición humana. Al igual que sus canciones, su obra literaria es poderosa, plagada de imágenes que brotan del mismísimo interior, de las entrañas. Son imágenes sinceras, cargadas de emoción, como podemos comprobar en El mar de coral, publicada por Lumen
El mar de coral es un pequeño libro que rinde homenaje a su alma gemela, su eterno amigo y confidente Robert Mapplethorpe, a quien conocería con 21 años a su llegada a Nueva York y del que siempre estaría ligada incluso después de su muerte. “Cuando murió, no podía llorar, así que me puse a escribir. Al terminar guardé las páginas. Aquí están esas páginas, mi adiós a mi amigo, mi aventura, mi desatada alegría”, escribe Smith. A caballo entre la poesía y la narrativa, esta obra recopila varios textos dedicados en cuerpo y alma a Mapplethorpe. Son textos que te encogen el corazón, de exquisita sensibilidad, auténticas odas a “su férrea voluntad de vivir, que era irrefrenablle, incluso en la muerte”. Patti Smith nos permite viajar, a través del dolor, por la vida, la enfermedad y la muerte de Mapplethorpe. Deslumbrante. 

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