Construir la memoria de una vida quebrada (reseña literaria)

No es fácil describir o relatar una pérdida, narrar la ausencia. El acto de ser despojado de algo o de alguien, arrancado sin previo aviso y de forma injusta es traumático, sientes cómo algo te vapulea y sacude las entrañas hasta el estertor. Entonces viene el llanto, el mar de lágrimas, el nerviosismo y el desconsuelo, la impotencia, la mudez. 
No es fácil abordar la muerte o el abandono, como tampoco es fácil enfrentarse a la nostalgia hiriente de un pasado que ya no crees tuyo, que no puede ser tuyo porque ya no te reconoces en él. Clamas, casi sin aliento, que todo es inventado, que nada jamás existió. Niegas. Ejerces la desmemoria. 
Julián López narra en Una muchacha muy bella (Eterna Cadencia) la infancia de un niño enamorado de su madre, un niño devoto, un niño quebrado. La acción la sitúa en Argentina, en la década de los 70 del pasado siglo, durante la dictadura del general Videla, una época oscura en la que un niño necesita del abrazo de su madre, de su consuelo, su risa. 
La prosa de López cautiva por su contenido y forma, por su tono poético en ocasiones y por el hecho de querer construir memoria, por recuperarla, por necesitarla. El narrador adopta una mirada infantil, la suya, porque quiere rescatar a esa mujer que estiraba "uno de los brazos invitándome a sentarme en el hueco que dejaban sus piernas, apoyar mi espalda en su pecho y mi nuca en el espacio entre su cuello y su hombro". 
Recuerdo y olvido, pasado y presente, espanto y ternura. Una madre detenida, un hijo que no comprende. La lectura nos sumerge en una tensión y sus consecuencias, en las preocupaciones de ese niño que siendo adulto retorna a su infancia violentada y secuestrada. Esta es una novela que conmueve, que te encoge el alma por el retrato de esa vida extirpada, esa vida que ahora se escribe para ser leída, aunque leer sea, como indica el protagonista, "un ejercicio brutal de desmemoria: cada frase tacha la anterior, inscripción tras inscripción tras inscripción. Todas las letras son una letra, un borrón en el abecedario de manchones". Y también te percatas --porque todo en este libro destila sutileza, invitando al lector a ser libre, imaginando-- de que no es solo la vida o la historia de ese niño y esa madre, sino la vida e historia de muchos niños y muchas madres argentinas que vieron pasar los días como ausencias, repletos de dolor.
Una muchacha muy bella es la primera novela de Julián López y ya les digo que me declaro fan, muy fan. 

Comentarios

Sofía Castellanos ha dicho que…
Jajaja No doy crédito. He empezado hoy este libro. Magnífica reseña.
Eric GC ha dicho que…
Es un gran, gran libro. Buena elección!!!

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