Inventar el tiempo para encontrar un refugio (opinión)

"Era difícil, claro está, pero nos las arreglábamos, encontrábamos el tiempo. Lo inventábamos". Leyendo a Raymond Carver, uno de los más grandes autores de relato breve que han existido, volví a darme cuenta de la necesidad que tenemos por ralentizar las horas, expandir los días, dilatar los años. Necesitamos tiempo para leer, para viajar o escuchar música, tiempo para disfrutar del buen comer, para gozar, para perderlo a nuestro antojo. Necesitamos el tiempo para inmortalizarlo, para inmortalizarnos. Sin embargo, todo intento es en vano, pues no tenemos control sobre él, nos supera. Nuestro tiempo en vida es una mera exhalación, un pequeño hálito de la historia universal. 
Es inútil engañar al tiempo. De nada sirve, créanme. Quizá por ello creamos necesario refugiarnos en la ficción, en ese conjunto de invenciones donde todo es posible, incluso ser inmortal. Queremos, es más, exigimos que existan posibilidades, caminos a elegir, decisiones que tomar. ¿Para qué? Pues para saber que no todo es fruto de un error, que podemos ser dueños de nosotros mismos, ser capaces de liberarnos del yugo de una vida predestinada, marcada a fuego por quién sabe quién o qué cosa. Por eso inventamos. Por eso imaginamos y soñamos. Por eso nos dejamos seducir por la fugacidad de unos hechos que, a la postre, creemos nos vivifican. Nos las arreglamos, sí; encontramos el modo de seguir persiguiendo ilusiones. Es así. Somos así. 

Comentarios

Entradas populares