La realidad, esa cosa que se tambalea, extravagante (opinión)

«La realidad es una cosa extravagante», leo en Tristeza de la tierra. La otra historia de Buffalo Bill (Errata Naturae), un libro exquisito obra de Éric Vuillard. El escritor y cineasta francés sigue: "desde hace un tiempo parece que se marchita". E insiste: "Aquello sobre lo que aparentemente se fundamentaba de pronto se tambalea, cambia, está dañado, abierto". Nunca sabemos qué nos va a deparar la vida, si todo aquello que creíamos verdadero es tal cosa. "Ya no se reconoce nada", dice Vuillard. Y en ese punto me encuentro a veces, en ese estado de incredulidad. A veces pensamos que hemos logrado enderezar nuestra vida hacia el rumbo deseado; son tantos los anhelos y esperanzas que olvidamos la existencia de esos demoledores iceberg. Casi sin darnos cuenta, nos hundimos. ¿Y ahora qué? Solemos preguntarnos. ¿Seremos capaces de sobrevivir ante la debacle? Intentamos mantener la compostura para que aquellos que nos rodean no se percaten de nuestro desánimo, nuestra flaqueza, nuestro derrumbe moral. Buscamos a qué asirnos para no perder el equilibrio, nos disfrazamos, a pesar de las reticencias. Cerramos los ojos porque queremos sumirnos en ese sueño profundo que todo lo cura y que no es otra cosa que el olvido, pero no es tan fácil. Como dice Éric Vuillard en esta magistral obra: "El olvido no existe". A pesar de ello, uno debe continuar, cambiar el semblante, abandonar esa mirada triste y agotada. Vivir. 

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