La pasión de dos amantes en la modernidad mexicana (reseña)

No pocas veces me he percatado del estrecho vínculo que mantengo con México, aunque a veces no presto la suficiente atención a mi relación personal con ese territorio. A pesar de ser un chico de provincias, México ha jugado y juega un papel importante en mi historia. De ahí que nunca desaproveche la ocasión de adentrarme en sus relatos; relatos que no suelen decepcionarme en absoluto, más bien al contrario, hacen que mi amor por esa tierra aumente.

Agradezco enormemente a la editorial Turner el hecho de publicar un libro que, una vez leído, sigue cautivándote. El culpable de ese hechizo es Alain-Paul Mallard, un escritor y cineasta que, pese a ese nombre tan "francés", es mexicano y que se ha prodigado muy poco en las artes literarias, pues hasta la fecha había publicado un texto muy breve pero asombroso hace ya veinte años —Evocación de Matthias Stimmberg—. Ahora vuelve a la palestra con Nahui versus Atl, centro de esta tímida aunque sincera apreciación. 

Nahui versus Atl es la historia de dos amantes, dos almas que se encuentran y se dan forma, dos personas que irremediablemente se dirigen hacia la destrucción, fruto de un exceso de pasión, celos y vanidad. Mallard recupera la historia de Gerardo Murillo y Carmen Mondragón, del Dr. Atl y Nahui Olin, como ellos mismos se bautizaron rechazando cualquier ligazón con el mundo de la burocracia y de las apariencias. Estos dos personajes fueron reales y su historia de amor es de sobra conocida en México. Sin embargo, lo que hace Alain-Paul Mallard es recrear ese apasionado retrato desde su punto de vista, focalizando parte de su interés en plasmar los cambios que en las primeras décadas del siglo XX acontecían en el país. Para ello presenta esta historia de una forma muy peculiar, dividiéndola en escenas o planos —como si se tratara de un guión cinematográfico—, y presentando a otras celebridades como Diego Rivera, Tina Modotti o Edward Weston, que enriquecen si cabe la curiosidad del lector por esta época un tanto bohemia. Mallard narra esta pasional relación sin provocar indiferencia, gracias también al cuidado del lenguaje, que es excepcional, y al concienzudo estudio que ha llevado a cabo para captar la esencia de un periodo tan extraño y enigmático como son sus protagonistas. Una sorpresa magnífica.