¿El destino del mundo está en manos de la estupidez? (opinión)

Imposible no opinar sobre un acontecimiento que, quizá, marque un antes y un después en uno de los países más poderosos por su capacidad económica y armamentística. Hablo de los Estados Unidos de América y las elecciones que Donald Trump ha ganado contra todo pronóstico —yo estoy no lo tengo tan claro—. Tras la victoria del magnate no me digan porqué decidí releer Utopía, de Tomás Moro. 

La editorial Ariel ha publicado recientemente una nueva edición con motivo del quinto centenario de su publicación con textos de Ursula K. Le Guin y una introducción de China Miéville, quien de forma muy acertada escribe lo siguiente sobre el concepto de utopía que surgió a raíz de esta magna obra: «Ésta es otra de las limitaciones de la utopía: vivimos en ella, lo que pasa es que no es la nuestra. Así que también vivimos en el apocalipsis». No pude evitar detenerme en esta reflexión, pues creo que es trágicamente cierta. Cada uno de nosotros tiene una visión ideal del mundo y eso provoca que haya tantos mundos ideales como personas, y ello significa que es imposible alcanzar un acuerdo por el bien común, ya que para algunos la excelencia se alcanza mediante el despotismo ilustrado, ejerciendo la fuerza y abusando del poder, mientras que otros son más proclives a pensar en una vida en libertad y armonía, lo cual no deja de ser un sueño quizá demasiado lírico y hermoso. No quisiera, pero tiendo a pensar que somos nuestro propio enemigo, y que el mundo de hoy se rige por la ignorancia, el miedo y el desprecio, la indiferencia. Miedo me da.