Revistas de y para el arte (artículo de prensa)

A veces, existen noticias agradables que leer. No suele ser muy habitual, puesto que la mayoría de circunstancias que nos rodean son, por decirlo de un modo suave, alarmantes. Si fijáramos nuestra mirada en las noticias sobre el mundo de la cultura, nos daríamos cuenta de que son, quizá, las que mayor alegría puedan reportarnos por diversos motivos, entre los que destacaría el hecho de que no producen desasosiego --al menos, no todas--. La pasada semana leí que las revistas de arte están en pleno auge. Reconozco que esta noticia me sorprendió y agradó infinitamente. Como todos saben, el ámbito cultural de cualquier provincia, comunidad, país o continente, siempre queda relegada a un segundo plano. Por esa misma razón, nadie creería que las publicaciones artísticas pudieran gozar de un momento de esplendor. Sin embargo, y esto es lo maravilloso del asunto, todo cambia. En España, a lo largo del último año, las revistas de arte se han convertido en un fenómeno a tener en cuenta. Lo cierto es que, hoy día, resultan un campo idóneo para poder acercar la producción artística de creadores y/o las reflexiones y estudios de los críticos y pensadores. Muchos han llegado a pensar si las revistas podrían convertirse en un nuevo formato de exposición.

EJEMPLOS
Ejemplos ya ha habido aquí en Castellón. Recordemos la exposición Avecindamientos discretos que organizó el Espai d’Art Contemporani en la que colaboramos ofreciendo varias páginas durante el periodo en que permaneció abierto el proyecto. Esas páginas formaban una parte esencial de la propia muestra, le conferían un sentido. En Otros fueros, ese análisis que el grupo mexicano Tercerunquinto planteó en el EACC a principios de la primavera, y que finaliza hoy mismo, también necesitó de una publicación para completar una de las obras de la exposición, Vecindad. Como ven, ambos casos sirvieron para darnos cuenta de que las revistas sirven, perfectamente, como plataformas desde las que proponer nuevas maneras de entender y mostrar el arte.
Los museos y centros de arte de nuestro país editan cada vez más una serie de publicaciones cuyos contenidos siempre están en sintonía con las exposiciones que albergan. Son, dicho de otro modo, un soporte añadido. Este hecho, como no podía ser de otro modo en este extraño mundo del arte, ha levantado debates.

CREATIVIDAD
¿Es necesario crear una revista exclusiva para dar a conocer una exposición? ¿No resulta un tanto excesivo? ¿Realmente aportan algo nuevo a la mera obra? La experimentación y la creatividad que proporcionan las revistas que se publican hoy traspasan fronteras y abren nuevas vías que ofrecen mayor visibilidad a las plataformas artísticas. En este sentido, creo que es una forma más que válida y, me atrevería a decir, necesaria en muchos de los proyectos que se llevan a cabo.
Los artistas abarcan mucho más, ya no se conforman con aprender y desarrollar técnicas y manifestaciones artísticas monotemáticas. El artista de hoy quiere dominar la imagen, el concepto, cree vital el proceso creativo y su desarrollo. Con ese objetivo en mente, el mundo editorial les ha servido como trampolín perfecto para desarrollar sus trabajos, ya sea en formato papel o digital. Asimismo, son muchos los artistas que deciden crear aquello que se denomina ‘libro de arte’ –obras cuya materialización ha necesitado de este formato para realizarse de un modo físico--.

DIVULGACIÓN
La divulgación del arte, esa mirada analítica con vocación teórica, es también la clave de una revista ‘made in Castellón’ como es CBN. La publicación, que nació de la imaginación y tesón de Mariano Poyatos y que dirige Rosalía Torrent, es un claro ejemplo de revista de arte. En ella se reflexionan de forma crítica distintos aspectos del arte. De carácter anual, CBN es una invitación al diálogo y, sobre todo, una ventana para conocer nuevos aspectos desconocidos para el gran público. La revista, que ya es toda una realidad, es el resultado de la inquietud intelectual de muchas personas. Es posible que sea esa inquietud la que haya impulsado un formato como este.
En una época en la que todo se dirige a lo electrónico, parece mentira que sigan apareciendo publicaciones en papel. Me levanto el sombrero. Digo esto por una sencilla razón, el ser humano es un ser táctil, necesita palpar con sus manos para conocer mejor aquello que le rodea. Leer libros, revistas y periódicos en papel supone todo un ritual que, no nos engañemos, la electrónica nunca podrá suplir. Pasar las páginas con los dedos, el olor del papel impreso, el propio espacio físico que ocupa la obra y que, en un aparente sentimiento de coleccionista, nos invaden las estanterías, son algunas de las razones por las que prefiero un millón de veces lo tradicional. Y no soy el único. Pero bueno, eso sería otro cantar.
Volviendo al tema que nos ocupa diré que ese renacer de las revistas especializadas en arte supone un cambio provisto de grandes sorpresas y misterios. En cada uno de los números de CBN hemos podido enterarnos de algunos de los movimientos artísticos más influyentes del pasado siglo XX, el trabajo y trayectoria de algunos de los artistas más reconocidos y también desconocidos por el gran público, de las técnicas empleadas por los mismos, de la conceptualidad que inunda al arte contemporáneo... Gracias a estas publicaciones nos acercamos, un poco más, a ese intrincado viaje cultural que es el arte.

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