¿Un deseo para el 2014? Dejar de ser una mera caricatura (columna de opinión)

De un país que involuciona, poco se puede esperar. El hartazgo provocado por tanta fechoría e incongruencia tan solo puede producir un trastorno generalizado. Estamos indefensos, a merced de una serie de incompetentes que balbucean con orgullo: "gobernamos por y para el pueblo". Esas sandeces me llevan a la carcajada atronadora y a sentir lástima y rabia. En mi interior germina una ira capaz de fundir los polos, y me consta que no soy el único. Pobres de nosotros, desprotegidos ante la estulticia.
Llevamos tiempo atendiendo a discursos escritos con palabras huecas, carentes de argumento. La falacia y el embuste imperan en las altas esferas y contaminan todo y a todos. Los medios de comunicación no son ajenos a esta plaga y protagonizan un juego de equilibrios en el que la verdad permanece muchas veces oculta --¡Ay, la publicidad!--. Y luego está el miedo a perderlo todo, un miedo que esos gobernantes desprovistos de conciencia fomentan día sí, día también. Sinvergüenzas les digo, a todos ellos. ¿Qué hemos hecho nosotros, hormigas trabajadoras, para recibir ese trato, ese ninguneo? 
Si debo hacer algún propósito de año nuevo, pediría encarecidamente que volviera la cordura a un país que tiene algunas de las mentes más privilegiadas del planeta. Dejar de ser una mera caricatura, ese sería el objetivo a lograr. 

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