Un viaje por las zonas oscuras del ser humano (reseña)

Que nuestra existencia es poderosa y quebradiza al mismo tiempo es un hecho, que me atrevería a decir casi irrefutable. El ser humano se debate constantemente entre la razón y el instinto, entre el orden y el caos, entre la virtud y el pecado, entre el bien y el mal.

Se suele decir que la línea que separa ambas facultades o condiciones es finísima. Es demasiado fácil sumirse en la oscuridad, en los horrores del inframundo, y no saber muy bien cómo, ni por qué motivo. Existen momentos de enajenación que nos conducen con éxito hacia ese tormentoso descenso al infierno (moral). Digamos, que, en ocasiones, somos incapaces de discernir si nuestros actos tienen consecuencias reales, alcanzando un nivel de ausencia moral o afecto natural por nuestro entorno y por nuestros semejantes temible y perjudicial, incluso para nosotros mismos.  

Si intentamos ver el mal como un planteamiento lógico quizá saldríamos un tanto escocidos, pues todo en esta vida es confusión, y muerte (por indiferencia en muchos casos). Hay mucho daño en el mundo, demasiado, y Laura Restrepo lo sabe. En Pecado (Alfaguara), la escritora colombiana hilvana una serie de relatos imbricados en esa confusión. Tomando como nexo de unión o vínculo entre ellos el célebre cuadro de El Bosco El jardín de las delicias, el lector se ve inmerso en la perturbadora realidad de muchos de los personajes. Hay textos que realmente conmocionan al tratar temas que se suponen son tabú, temas que preferimos ignorar por completo, arrinconarlos en un cajón de sastre de lo maldito. Así, por ejemplo, Restrepo escribe sobre el incesto, o sobre el caso de una mujer que descuartiza a su pareja, o sobre un verdugo, o el adulterio y los falsos profetas. 

A través de cada uno de estos relatos, la escritora parece querer indagar en toda esa compleja maraña de la moralidad. Intenta, de algún modo, buscar alguna justificación a la atrocidad y la transgresión, se debate entre la absolución o la condena. ¿Hay posibilidad real de redención para aquel que peca, para esas personas que consciente o inconscientemente viven al margen de lo que consideramos lo normal? ¿Existe el perdón para aquellos que solo producen dolor y rencor? Difícil saberlo ante la incongruencia que determina nuestro día a día. 

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