El peligroso camino de la ambición (reseña literaria)

La codicia, una mala compañera de viaje que nos tienta en más de una ocasión a lo largo de nuestro periplo vital. La supervivencia o la búsqueda de una vida mucho más cómoda de la que, en teoría, podemos llevar. El afán de posesión. Estas son algunas de las profundas cuestiones que nos plantea un clásico de la literatura universal como Lev Tolstói en uno de los relatos cortos que, en palabras de James Joyce, “mejor se han escrito nunca”. ¿Cuánta tierra necesita un hombre?, que ha publicado recientemente Nórdica Libros, es una parábola fascinante sobre la ambición del ser humano. Una ambición que resulta, a veces, muy peligrosa.
Escrito en 1886, la obra, que cuenta en esta exquisita edición con las ilustraciones de Elena Odriozola --segundo Premio Nacional de Ilustración en 2006, para aquellos que no lo sepan--, narra la vida de Pajom, un campesino que nunca tiene, según él, tierra suficiente para trabajar y hacerse rico.
El relato comienza con una animada conversación entre dos hermanas. Una de ellas vive en la gran ciudad, mientras que la otra hace lo propio en el campo. Ambas discuten sobre qué vida es mejor: aquella donde el glamur de los teatros y cafés dicta el comportamiento de sus ciudadanos; y la que tiene en el sosiego y la naturaleza su carta de presentación. La hermana urbanita tiene muy claro que la vida en el campo es un aburrimiento. La hermana campesina, por el contrario, indica los peligros que se esconden en las ciudades. Mientras las dos se enzarzan en mil y un argumentos, el marido de la segunda, Pajom, empieza a reflexionar sobre los privilegios de una y otra versión y acaba diciéndose a sí mismo: “¡Si yo tuviera mucha tierra, no tendría miedo ni al mismísimo diablo!”. Es entonces cuando el diablo, para poner a prueba a Pajom, empieza a dotarle de tierras. A partir de ese instante, el pobre campesino empieza a conocer a mercaderes que le hablan de tierras lejanas muy baratas. Pajom solo tiene un objetivo en mente: abarcar la mayor cantidad posible. Sin embargo, y a pesar de gozar de buenos campos, nuestro protagonista no se conforma. Finalmente, da con los habitantes de una lejana región, los bashkirios, que le ofrecen tanta tierra como pueda recorrer en un día. Cegado por el deseo, no duda en intentarlo. Su desgracia será que nunca podrá disfrutarlas.
Tolstói ofrece un relato estremecedor, un duro viaje por la estepa rusa, un camino marcado por la ambición. Sencillamente, una pequeña obra magistral.

Comentarios

Esther ha dicho que…
Caray, qué interesante... contigo se apilan los libros con muchas ganas de leer.

Millones de besos!!!
Eric GC ha dicho que…
Si vieras mis estanterías! Ya no sé qué hacer. Los libros se apoderan de mi espacio. Help!!!

Jejeje. Más besos para ti Esther.

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